Mariana González del Boy
Wenceslao Vargas
Márquez
Respecto de la
elección presidencial de 1976 la historia consigna que el candidato por el PRI,
José López Portillo y Pacheco, fue el único oficialmente registrado para la
contienda, que con un solo voto bastaba para que triunfara.
El dato es cierto.
Sólo que de manera complementaria (e injusta) se añade que el único competidor,
desde luego que sin registro, fue el sindicalista comunista Valentín Campa. Lo
que la historia olvida es que no sólo Campa compitió sin registro cual David
contra el Goliat tricolor.
La historia ha
olvidado a una mujer que también compitió sin registro y sin oportunidad de
triunfo. Fue Mariana González del Boy, postulada por el fugaz Partido Femenino.
El nombre de Mariana debe estar unido, y en un lugar muy especial, al de Rosario Ibarra de Piedra, a Cecilia Soto, a Patricia Mercado, Josefina
Vázquez Mota, Margarita Zavala y María de Jesús Patricio Martínez.
¿Qué oportunidad tenían de ganar Valentín Campa y
Mariana González? Ninguna, pues no estaban registrados. En sus memorias tituladas
Mi Testimonio, fechadas en 1978, Campa
narra en el capítulo titulado 180 días de
campaña, la experiencia que vivió recorriendo el país. Es de hacerse notar
que en la p.304 escribió incorrectamente que los candidatos eran sólo dos,
López Portillo, oficial y con registro, y el propio Campa, sin registro. Lo
apuntó así: “Una de las grandes experiencias de esa campaña fue el claro
deslinde de campos, productos de la presencia de sólo dos candidatos aspirantes
a la Presidencia de la república”. Falso.
¿Por qué Campa excluyó de su apunte al Partido
Femenino y a Mariana González del Boy cuya campaña presidencial era tan
testimonial como la suya propia? Los hechos eran recientes, olvido no podía
ser. Campa añadió: “La campaña nos reveló como la segunda fuerza política del
país. De unos 25 millones de mexicanos, hombres y mujeres, con derecho a votar,
según los amañados datos oficiales favorables al candidato de la gran burguesía,
José López Portillo, votaron 16 703 801, lo que hace que hayamos logrado más
del 10 por ciento de los votos depositados en las casillas”. Wikipedia dice que
no se supo de la cantidad de votos en favor de Campa y tampoco menciona a
Mariana. Mala onda.
Por su lado, López
Portillo tampoco citó a Mariana González en ninguno de los dos tomos de su
autobiográfico Mis Tiempos, de manera
tal que no aparece en el Índice
onomástico y de instituciones donde de diez personas apellidadas ‘González’ ninguna es Mariana. López
Portillo y Campa olvidaron a Mariana González del Boy e igualmente la han
olvidado los mexicanos en general y las feministas en particular.
Es hora de darle su
lugar a Mariana González del Boy como precursora de las candidatas
presidenciales femeninas en México desde 1976. El dato lo mencioné en una
mañanera en Palacio Nacional en el reciente junio y nada pasó. Urge un
homenaje, una tesis que investigue origen y destino del partido, en cuál calle
se fundó, quiénes lo organizaron, urge su nombre para un espacio público
electoral o partidista, hace falta el nombre de ella en una calle.
Algo hay qué hacer para
que a Mariana no le pase lo que a algunos atípicos personajes de Borges, que de
alguna forma extraña se borran cuando nadie los recuerda, que de una manera
anómala desaparecen cuando se les olvida.