domingo, 11 de diciembre de 2016

Masonería voluntarista y constitución * 1 de 3, 2 de 3 y 3 de 3

Masonería voluntarista y constitución (1 de 3)
Wenceslao Vargas Márquez
@Logiasymasones


(11 dic 2016) * Recientemente se presentó en la Ciudad de México el libro Influencia de la masonería en la Constitución de 1917. Con la reserva de poder consultar directamente la compilación de textos de que está formado el libro, nos parece que es pertinente hacer unos apuntes provisionales basándonos en diversas notas de la prensa que asistió a la actividad impulsada por la Gran Logia Valle de México, del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

La primera precisión que debemos anotar se basa en el título del trabajo. Según ese título de lo que se trata es de documentar y analizar la influencia de la masonería en la redacción de la Constitución de 1917 que fue impulsada por Carranza. Debemos precisar y no alcanzamos a determinar cuál masonería, cuáles masones. Hablar de una influencia de la masonería debe radicar con precisión en documentar cuáles ritos masónicos, cuáles logias y cuáles masones incidieron y de qué forma.

Nos asaltan todas estas preguntas porque al estudiar el tema lo que nos hemos encontrado de partes de las logias masónicas y de la masonería mexicana es simplemente voluntarismo. Dice la Academia de la Lengua, en su cuarta acepción, que voluntarismo es una “actitud que funda sus previsiones más en el deseo de que se cumplan que en las posibilidades reales”. Otra acepción dice que voluntarismo es la “teoría filosófica que da preeminencia a la voluntad sobre el entendimiento”. En la tercera se cita a Schopenhauer.

Voluntarismo es pretender que Hidalgo fue masón. Hemos rastreado por varios años en largas cantidades de bibliografía (lo único disponible para el efecto) y no hemos hallado la evidencia de que Hidalgo haya pertenecido a las logias, sólo encontramos una afirmación, sin pruebas, de un autor de nombre José María Mateos en 1884. La pertenencia de Hidalgo a la masonería mexicana es sólo un acto de voluntarismo de ella misma.  

El voluntarismo reaparece en la pertenencia de Morelos a la masonería, y de las redacciones de las constituciones de Apatzingán y de las de 1824 y 1857, las constituciones “buenas”, porque la centralista de 1836 es huérfana como es huérfano el Estatuto del Imperio de Maximiliano, a pesar de que el propio Rito Escocés Antiguo y Aceptado fue creada bajo el Imperio de Maximiliano, en diciembre de 1865, quien declinó incorporarse a ella.

Con estos antecedentes no es difícil concluir (repetimos que a reserva de revisar directamente la compilación) que, con minúsculas, la influencia de la masonería en la constitución de 1917 sea otro acto de voluntarismo de la masonería mexicana y de la Gran Logia Valle de México en particular. Veamos: 


La portada expone a un grupo de masones
con mandil que ayuda a inducir a la credulidad.
No son diputados de Queretaro en 1917.

El principal impulsor de la constitución fue Carranza. ¿Fue masón Carranza? No hay pruebas. En sus Apuntes Sintéticos de la Masonería mexicana, Manuel Esteban Ramírez (p.45), lo niega; en la p. 47 narra el rechazo de Carranza al grado 33 que le ofreció el Rito Escocés a como se lo ofreció a Maximiliano en diciembre de 1865; ambos lo rechazaron, dicen los historiadores de las logias. 

En la p. 84 de la Historia de la Masonería en Hispanoamérica, Martínez Zaldúa, anota a Carranza en una lista de masones, sin pruebas como nombre de su logia y fecha de iniciación. Luis Zalce, en el tomo II, página 56, de sus Apuntes para la historia de la masonería en México, anota la desconfianza, mala voluntad o cierto resentimiento, de Carranza contra las logias masónicas. Salvador Borrego, en su obra América peligra, afirma claramente (p. 340) que Carranza no fue masón. 

Entonces, ¿dónde está la influencia de la masonería en la redacción de la constitución de 1917? ¿En otros masones? ¿Cuáles? La nota del diario El Universal (9 dic 2016) reproduce la afirmación de que en la redacción de la constitución de 1917 participaron 60 masones. ¿Cuáles? ¿Francisco J. Mújica? Nada hemos hallado de Mújica, pero por su cercanía con Lázaro Cárdenas en su sexenio no es difícil suponerlo masón, pero aquí no estamos en el terreno de las suposiciones de 1934-40 sino de las afirmaciones documentales de 1917. Se menciona a Félix F. Palavicini. Veamos a Palavicini:

La investigadora Yolia Tortolero en su obra El espiritismo seduce a Francisco Y. Madero (Conaculta, 2003) -siguiendo el trabajo titulado La historia inédita de los papeles secretos de Plutarco Elías Calles (Proceso No. 1094, del 19 de octubre de 1997)- habla del muy conocido espiritismo de Madero y anota entre los aficionados al espiritismo a Palavicini pero no lo anota como masón.

La Secretaría de Hacienda publicó en dos tomos en1963 la correspondencia privada de Madero. He revisado los dos tomos página a página y carta por carta. Mis dos tomos son de 1985. En las cartas del 24 de enero de 1909 y del 20 de agosto del mismo año Madero le escribe a Palavicini y lo trata como “Sr. Ing”, no como masón. Las cartas son privadas, tan privadas que en la breve carta de enero Madero le recomienda a Palavicini tratarse cierta dolencia con médicos homeópatas y no alópatas. ¿Por qué en esa carta tan privada Madero no trata a Palavicini como masón? Queda el recurso de que entre 1909 y 1917 Palavicini haya ingresado a las logias, hecho que no se sabe o del que no hay pruebas.

Si desechamos a Carranza, a Mújica, a Palavicini, con quiénes nos quedamos para probar que la constitución de 1917 tiene una influencia masónica. ¿Quiénes son esos 60 masones que dejaron su impronta dactilar en la constitución de 1917? ¿Cuáles son sus nombres, sus logias de adscripción y sus fechas de iniciación? ¿O son reiterados actos de voluntarismo? Parece que esta es la respuesta. 

La portada expone a un grupo de masones con mandil que ayuda a inducir a la credulidad. Para  reforzar la percepción de que la Constitución es hija de la masonería nada mejor que entregar a Rosa Elena Sánchez Juárez, hija del tataranieto de Benito Juárez García, en la presentación del libro, un ejemplar. Para eso se inventó la parafernalia, para hacer verosímiles y solemnes algunas ceremonias. ¿Por qué habría que dudar de las afirmaciones si estuvieron presentes choznos del Benemérito?

En un trabajo del autor de estos párrafos (La masonería en la presidencia de México, Xalapa, 2010) hemos seguido al detalle la pertenencia de los presidentes mexicanos a las logias masónicas con el escaso material de trabajo disponible. Es probable que sea el único en la bibliografía nacional dedicado a ese efecto. El trabajo fue presentado en el III Symposium Internacional de historia de las masonerías y las sociedades patrióticas latinoamericanas y caribeñas en el año 2010, symposium desarrollado en la ciudad de México por la UNAM y el INEHRM.

Hemos recibido la invitación para participar en el quinto symposium a desarrollarse en junio de 2017 en La Habana. Los temas con que podríamos contribuir pueden ser la pertenencia o no de Hidalgo y Maximiliano a las logias masónicas; nos inclinamos por la negativa en ambos casos. Otro puede ser la construcción literaria del personaje Settembrini, un francmasón, en La Montaña Mágica de Thomas Mann, con sus 700 páginas. Mi ejemplar es de Porrúa y tendría que releerla.

Mientras ocurren (o no) estas opciones habrá que esperar a una revisión directa de La influencia de la masonería en la constitución de 1917 para hallar las afirmaciones, con el debido sustento, de cómo la masonería y 60 masones con nombre propio y logia de iniciación incidieron en la letra de nuestra constitución.

Con ello serán fácilmente refutables los señalamientos de voluntarismo que aquí se han apuntado.

@Logiasymasones

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Masonería voluntarista y constitución (2 de 3)

Wenceslao Vargas Márquez

(8 enero 2017) * Escribía aquí hace poco que la masonería ha sido voluntarista cuando se trata de revisar la pertenencia a las logias de los héroes nacionales y que sin necesidad de revisar el libro La influencia de la masonería en la Constitución (México, 2016), podía adelantar que esa obra de la Gran Logia Valle de México, del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, seguramente tendría más voluntarismo que evidencias de lo que pretende deslizar al lector desprevenido: que la Constitución de 1917 fue redactada por masones y por la masonería. Ya lo leí (menos de cien páginas) y efectivamente no tiene evidencias de lo que afirma.

Por ejemplo, destacó en el libro el líder de la Gran Logia, Jiménez Guzmán, “la influencia directa de los constituyentes donde el 85, 90 por ciento eran masones de todo el país” (Revista Siempre, 24-XII-2016). Ninguna evidencia, más que la afirmación gratuita del porcentaje sin prueba que la sostenga. 

Igualmente sostiene la afirmación la contratapa donde leemos un curioso silogismo: “La mayoría de los diputados constituyentes de 1917 eran masones, por ello, en la conmemoración del Centenario de la Constitución no podía faltar el estudio de la influencia de la masonería en el texto constitucional”. El coordinador Jiménez Guzmán no aporta la prueba de esa supuesta mayoría.

A un diario nacional (9-XII-2016) se le informó que los diputados constituyentes masones fueron sesenta. He revisado varios trabajos para saber el número exacto de diputados constituyentes. En el libro Crónica del Constituyente del diputado sonorense constituyente Juan de Dios Bojórquez, de más de 500 páginas, sellado por SEP-INEHRM, aparece la nómina alfabética de un total de 209 diputados. Para que 90% de diputados fuesen masones a como quiere la Gran Logia Valle de México, necesitamos 180 diputados constituyentes masones con fecha de iniciación y nombre de logia de adscripción. Nada de eso tiene el libro. 

De hecho el libro que comentamos no tiene ni fecha de iniciación ni logia de adscripción de ningún diputado constituyente. La afirmación de esa supuesta mayoría no sólo es gratuita sino ofensiva a los ojos de la aritmética a menos que el líder masón que impulsó el trabajo siga apelando a lo que la masonería ha apelado en materia de historia: a que se le crea como un dogma revelado.

Algunos masones (de algunas logias, de algunas grandes logias) tienen experiencia en confeccionar adecuadas parafernalias para hacer verosímil lo que no tiene sustento. 

Aquí se usaron dos hechos importantes: 

Asistió a la presentación del libro una descendiente de Benito Juárez, el masón mexicano por antonomasia, lo que induce a la credulidad

Además el libro tiene adornada la portada con una veintena de varones portando un mandil. Esa nada inocente portada ayuda al lector a que se predisponga en favor de creer que lo que se haya escrito en el libro es masonería y que efectivamente la Constitución de 1917 fue redactada por masones. Nótese la inducción visual. El libro tiene 96 páginas y todos los créditos de quienes contribuyeron a su redacción, excepto el crédito de la fotografía que adorna la portada con 19 varones con mandil masónico.

Reitera una afirmación del coordinador Jiménez Guzmán de que Venustiano Carranza fue masón pero no proporciona ninguna prueba: acta de iniciación, o fecha de iniciación, o grado masónico o logia de adscripción. Afirmación gratuita.
Crédito: gob.mx

El prefacio firmado por Gaviño dice que fueron masones Iturbide (Rito Escocés), Santa Anna (Rito Escocés), el presidente en 1855 Juan Álvarez (Rito Nacional Mexicano), Victoriano Huerta (Rito Escocés, llamado por sus enemigos con el tímido apelativo de El Chacal) y Carranza, “que no fue destacado como masón en su logia”. Repito: ¿en cuál logia? Además ninguno de ellos fue diputado constituyente, ni el propio Carranza. 

Vuelve Gaviño al tema de las cifras. Dice: “Si bien no existen registros fiables sobre los constituyentes adscritos a una logia, algunos estudios (¿cuáles?) perfilan hasta 74 de los 118 diputados en esta situación”. 74 de 118 representa un 62% y no un 80 o 90% pero reiteramos que los diputados no fueron 118 sino más de 200 según Bojórquez.

Gaviño anota como masón al michoacano y cardenista Francisco J. Múgica por el Rito Nacional Mexicano y que fue efectivamente constituyente. Por razón desconocida no anota su logia. Jiménez Guzmán anota como masones a Napoleón, Lincoln, Marx, Churchill, Mozart, Garibaldi, Martí, Bolívar, Sucre, San Martín, Walt Disney y Einstein, Hidalgo, Morelos, Juárez, Cárdenas, Calles, Carranza, Madero, Pino Suárez, Siqueiros, Cantinflas, sin pruebas, sin logia, sin referencias, con el agravante de que (sobra decirlo) ninguno fue constituyente en Querétaro.

En la página 25 el autor Ramírez Reyes menciona a Enrique y Ricardo Flores Magón, Camilo Arriaga y a Antonio Díaz Soto y Gama como “distinguidos liberales (léase masones)”. Nótese cómo Ramírez a los “liberales” les llama “masones” simplemente porque sí. Con esa elasticidad semántica cualquiera resulta masón. 

En la página 33 Carlos Valdés Marín sostiene que en el tomo I de la Historia de la Constitución de 1917, página 71, el constituyente Félix Palavicini escribió que entre los constituyentes de Jalisco “casi todos eran masones”. Revisé las páginas 70, 71 y 72 del primer tomo y no hallé la cita. Me disculpo si no supe buscar correctamente. El resto del ensayo se dedica a rebatir la posición crítica que tiene de la masonería el escritor José Luis Trueba Lara (en el libro Masones en México, historia del poder oculto). En la página 53 se menciona a Múgica de nuevo y a Heriberto Jara como masones; de nuevo sin cita que sostenga la afirmación, masones sólo porque sí.

En la conclusión de Valdés se reconoce lo poco que se ha observado y documentado la intervención crucial de los masones mexicanos en la Constitución pero a pesar de ello dice que los estudios detallados (¿cuáles?) muestran el liderazgo de los francmasones en la redacción de la Constitución. Tiene la gentileza el autor Valdés Marín (gentileza que agradezco) de anotar en la bibliografía consultada por él (p. 65) a mi libro La masonería en la presidencia de México (WVM, Xalapa, 2010). 

El autor Leyva Castrejón narra la biografía del presidente del Congreso Constituyente, Luis Manuel Rojas, de quien se sabe que es masón. En ninguna parte aparece su fecha de ingreso o su logia. En la p. 70 se dice únicamente que al llegar a la ciudad de México (¿cuándo?) Rojas se inició en la orden masónica. Poco después se afirma que Rojas recibió el grado 33 el 12 de enero de 1913 que es el único dato duro del libro.

Lo más inteligente, además de la intervención de la doctora Patricia Galeana, son las palabras finales del historiador Carlos Martínez Moreno en la sección Balance. Martínez es doctor en historia por la UNAM y profesor de teoría política clásica del ITAM. En su tesis de maestría (UNAM 2011) titulada El establecimiento de las masonerías en México en el siglo XIX, tuvo también la amabilidad de citar mi libro (La masonería en la presidencia de México, WVM, Xalapa, 2010). Dice Martínez Moreno lo que es una certera crítica: “Demostrar requiere una investigación completa con material de primera mano”.

Esto es precisamente lo que no tiene el libro de la Gran Logia Valle de México.       

@Logiasymasones
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Masonería voluntarista y constitución (3 de 3)

Wenceslao Vargas Márquez
(15 enero 2017) * A fines del año 2016 la Gran Logia Valle de México (Ciudad de México) hizo público un libro titulado La influencia de la masonería en la Constitución de 1917 con el sello del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM, de la federal Secretaría de Cultura). Habíamos señalado aquí que, sin necesidad de leer el libro, era previsible encontrarse (de parte de esa Gran Logia) con múltiples actos de voluntarismo consistentes en entregar al lector y al INEHRM afirmaciones gratuitas que no descansan en evidencias históricas y documentales sino en deseos.
Una de las afirmaciones que encontramos es aquella que dice en labios del coordinador del trabajo (líder masónico Jiménez Guzmán) que un 80 o 90 por ciento de los diputados al congreso constituyente de Querétaro en 1917 fueron masones, y que de allí se desprende la supuesta influencia masónica en la Constitución. De ser cierto el dato porcentual debemos tener aproximadamente unos 180 diputados constituyentes masones, algo que Jiménez no puede demostrar. El único dato duro del libro es la fecha en que el presidente del Constituyente, Luis Manuel Rojas, alcanzó el grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, el 12 de enero de 1913, un mes antes de que fuese asesinado Madero.
¿Cuántos diputados masones constituyentes realmente hubo trabajando por la Constitución en Querétaro? Procuraremos ahora una muy breve lista a pesar de que aceptamos lo que afirma (pág. 15) uno de los coautores del libro en comento: No existen registros fiables sobre los constituyentes adscritos a una logia. Tratemos de llenar el hueco que el libro de la Gran Logia Valle de México no llena. Nombres, nombres, nombres.
A la revista Siempre le dijo el coordinador del trabajo, Jiménez: “No puedo dejar de mencionar a Jesús Romero Flores, a Luis Manuel Rojas, Heriberto Jara, Francisco J. Mújica y a muchísimos hombres que participaron de manera directa en las logias masónicas, que debatieron y llevaron al Congreso las propuestas de la masonería (¿cuáles?) como se demuestra (¿?) en el libro”. Pues bien: de esos “muchísimos hombres” no aparecen sus nombres, y de los pocos que aparecen se dice de ellos que fueron masones sin anotarse su logia de adscripción y su fecha de ingreso a la masonería.
Los cuatro constituyentes masones mencionados por Jiménez son exactamente los mismos que menciona Antonio Huerta Paniagua en su trabajo El papel de la masonería en la Revolución Mexicana (citado por Carlos Valdés Marín en la página 50 del libro que estamos comentando). Así, en el autor Huerta Paniagua se apoyan tanto Valdés como Jiménez para enlistar exactamente a los mismos masones, salvo al profesor normalista Luis G. Monzón que Valdés anota y Jiménez no.
Crédito: gob.mx
Otro constituyente masón que no mencionan ni Jiménez Guzmán, ni Valdés Marín, ni Huerta Paniagua lo tendríamos en Alberto Terrones Benítez, constituyente por Durango y autor de algunos libros sobre instrucción masónica en los grados simbólicos, quizá los libros más socorridos en distintos ritos, no sólo en el escocés. El Rito Nacional Mexicano también los ha usado. Los libros son Los 33 temas del Aprendiz masón, los 21 temas del Compañero masón y Los 27 temas del Maestro masón. Wikipedia tiene a 'Alfonso Terrones Benítez' y a 'Alberto Terrones Benítez' con la misma trayectoria biográfica (nacimiento en 1887 en Nombre de Dios, villista, diputado, senador, gobernador de Durango en 1929-30), etc. Ignoro la confusión por los nombres y necesitamos profundizar. En los créditos de los libros se le hace aparecer a Alfonso Terrones como masón del grado 32 del Rito Escocés. Ignoro si alguna vez recibió el grado 33. El coautor Alfonso León García (33º) hace aparecer a Alfonso Terrones Benítez como Ilustre Hermano (32º) y General. Una primera edición (de 1946, editorial Aries, de venta física en línea en $3,518) de Los 33 temas menciona a Adolfo Terrones Benítez como general y ofrece mencionar sus obras en la revolución y su relación con Pancho Villa. No dudo que hay personas sobrevivientes de aquellas épocas que podrían aclarar el caso. Alguien de ellos puede ser el hijo de Alberto Terrones Benítez, Miguel Terrones, entrevistado por El Universal el primero de octubre de 2006.
Sin duda constituyente masón fue Luis Manuel Rojas. Basta para sostener la afirmación el hecho de que aparece como Gran Maestro en los catálogos de la Gran Logia Valle de México y tuvo una actuación masónica pública además de lo que diremos un poco más adelante. En la obra de Isidro Fabela titulada Revolución y régimen maderista (tomo IX, volumen V, p. 152) se narra la intervención de Rojas en favor de Madero: “En la tarde del día 20 (de febrero de 1913, W) envié un cable directamente al Presidente de los Estados Unidos, W.H. Taft, pidiéndoles su apoyo, como Hermano Masón, para el objeto indicado. Tuve además una junta con los miembros principales de las diferentes logias, y como resultado envié dos memoriales, uno al usurpador Huerta y otro al General Félix Díaz, recordándoles su deber como Hermanos Masones”. De aquí concluimos que Victoriano Huerta y Félix Díaz fueron masones, pero el que nos importa es Rojas. Continuemos.  
Libro de Alfonso Terrones Benítez.
Masón constituyente en 1917.
De Francisco J. Mújica sabemos que fue masón. Fuentes no confirmadas le dan el grado 9° del Rito Nacional Mexicano. Nada hay confirmado y por ello anoto esto con la más grave reserva. Heriberto Jara fue masón pero ingresó a las logias masónicas en Xalapa, Ver., en la logia Fraternidad no. 11, en junio de 1926, cuando fue gobernador del estado. Tengo a la vista un folleto fidedigno, fechado en 1926, donde se asienta lo que comentamos. Jara fue gobernador desde el primero de diciembre de 1924 hasta octubre de 1927. En ese periodo la logia Fraternidad 11 (que se fundó el 8 de junio de 1926 con personal que se separó de la logia Concordia No. 1) incorporó a Jara a sus filas con dispensa de trámites siendo Venerable Maestro Guillermo Tamborrell.
Añado: el 31 de agosto de 1926 estuvo Luis Manuel Rojas, el masón presidente del constituyente de Querétaro, de visita en la logia Fraternidad No. 11; el orador que dio la bienvenida a Rojas fue el masón Efraín A. Ferat. Rojas, ya sabemos, sí era masón desde antes de 1917, Heriberto Jara no. Ingresado a las logias en 1926 no pudo en ningún momento imponer una supuesta influencia masónica en 1917, nueve años atrás, a como lo quiere el libro de la Gran Logia Valle de México. La influencia no se da retroactiva. El orador que dio la bienvenida a la masonería a Heriberto Jara fue también Ferat, quien en el discurso fechado el 15 de junio de 1926, dirigiéndose al gobernador aprendiz masón, dijo que Heriberto llegaba a ocupar (simbólicamente) el espacio que había dejado su padre, Emilio Jara; masones padre e hijo.

La portada expone a un grupo de masones
con mandil que ayuda a inducir a la credulidad.

Los de la portada no son diputados de Querétaro en 1917.
Masones en la CdMx hacia 1905-1910, Casasola, Inah

¿Con qué nos quedamos del libro Influencia de la masonería en la constitución de 1917 de la Gran Logia Valle de México publicado en diciembre de 2016? Afirma el libro que la mayoría de los masones del Constituyente fueron masones y (desde la fotografía de la portada) pretende deslizar al lector desprevenido que la Constitución de 1917 fue hecha por la masonería. En entrevista Manuel Jiménez Guzmán sostuvo que un 80 o 90% de los constituyentes de Querétaro fueron masones. Las afirmaciones son gratuitas. No las puede demostrar. 

El libro que coordina Jiménez no da ninguna prueba de las afirmaciones que ofrece y se pierde en generalidades que no vienen al caso. Así, puede ser cubierto de inmediato con el manto del archivo muerto. Mejor: puede ser cubierto –pronto- con el manto del piadoso olvido.
@Logiasymasones