Benito Juárez en la masonería
I:.H:. Albino Lázaro Chávez, 32º
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Quienes han escrito sobre la fecha en que Benito Juárez ingresó a la Orden Masónica, no se han puesto de acuerdo, pues mientras algunos -entre los que citamos al Ilustre y Poderoso Hermano Ramón Martínez Zaldúa-, sostienen que don Benito Juárez, había sido iniciado como Aprendiz Masón, en la Respetable Logia Simbólica "Espejo de las Virtudes" del Oriente de Oaxaca, del Rito de York, por los años de 1833 y 1834, otros, como el señor licenciado don Rafael Zayas Enríquez, sostienen que: "Juárez fue un francmasón que perteneció al Rito Nacional Mexicano, y en el que llegó a obtener el grado Noveno, equivalente al grado 33° del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que fue tan ferviente en la práctica masónica que su nombre se conserva con veneración en todos los ritos, y muchas logias y cuerpos filosóficos lo han adoptado como un símbolo sagrado."
Tomado de Trazados Masónicos, Molina, 1972, p.32
El autor del presente ensayo se inclina por la última de las aseveraciones anotadas, toda vez que está claro y en ello coinciden varios autores, que habiendo sido electo Diputado al Congreso Constituyente que habría de reformar la Constitución Política de 1824 y que no se llevó a cabo por la inestabilidad política imperante en la capital de la República a finales de 1846, antes de regresar a la ciudad de Oaxaca para tomar posesión del cargo de Gobernador Provisional del Estado, acto que se llevó a cabo el 26 de enero de 1847, aprovecha su estancia en México para ingresar a la Masonería, y así tenemos que el 15 de enero del citado año de 1847, se inicia como Aprendiz Masón en la Respetable Logia Simbólica “Independencia” No. 2 del Rito Nacional Mexicano. En el acta relativa y previa autorización se asienta que para la ceremonia de iniciación fue habilitado como Templo Masónico el Salón de Sesiones del Honorable Senado de la República.
La tenida de iniciación estuvo presidida por el
Ilustre y Poderoso Hermano don José María del Río, Muy Respetable Gran Maestro
del Benemérito Rito Nacional Mexicano, y momentos antes de terminar los actos
de la ceremonia de iniciación ordenó que la proclamación del Aprendiz Masón
Benito Juárez, se hiciera entre columnas. A la ceremonia de iniciación
concurrieron muchos masones distinguidos, entre quienes cabe mencionar a don Manuel
Crescencio Rejón, autor de la Constitución de Yucatán de 1840; don Valentín
Gómez Farías, en otra época Presidente de la República; don Pedro Zubieta, Comandante
General en el Distrito Federal y el Estado de México; los diputados don
Fernando Ortega; don Tiburcio Cañas; don Francisco Banuet; don Agustín
Buenrostro; don Joaquín Navarro; don Miguel Lerdo de Tejada, etc., y hecha la
proclamación, el Aprendiz Masón Benito Juárez, adoptó el nombre simbólico de
Guillermo Tell.
El acta de la ceremonia de iniciación fue
autorizada por el Venerable Hermano Secretario don Antonio Moreno G., entonces Ministro
del Tribunal Superior de Justicia.
El Ilustre Hermano A. Tenorio D'Alburquerque,
citado por el también Ilustre Hermano Gustavo A. Velasco -dice refiriéndose a
Benito Juárez- en su obra titulada Libertadores
de América, "Presidente de la República-Guarda Templo". Y
continúa diciendo: "Benito Juárez ya frisaba en los 40 años, y era
diputado cuando se inició en la Logia Independencia número 2 del Rito Nacional
Mexicano". Y nosotros agregamos: era además, Gobernador Provisional Electo
por Oaxaca en aquél entonces, cuyo cargo habría de protestar el día 26 de enero
de 1847 o sea 11 días después de haberse iniciado como Aprendiz Masón. Algún
autor ha dicho que el Venerable Hermano Benito Juárez ascendió al mismo tiempo
tanto en su actuación política como en su actuación masónica. No lo creemos
así, dado que su vida política la inició en el año de 1828, cuando aún era
estudiante y tuvo lugar en Oaxaca, la lucha electoral para la Presidencia de la
República entre Pedraza y Guerrero. Fue tan reñida esta lucha que terminó a
balazos. En el año de 1831 es electo Regidor del H. Ayuntamiento de la ciudad
de Oaxaca; en 1833 electo Diputado al H. Congreso del Estado y de allí siguió
ocupado puesto tras puesto hasta llegar a ser Presidente de la República. Sin
embargo, cabe aclarar que si bien es cierto que cuando el patricio llegó a ser
Presidente de la República, ya ostentaba el grado de Maestro Masón, también lo
es que desde que tuvo uso de razón, él mismo dijera alguna vez, buscó la forma
de trazar su línea de conducta conforme a los principios y postulados en que
está cimentada la Orden Masónica. Esto, y no otra cosa, explica las causas motivadoras
que le llevaron a elaborar lo que hemos llamado su programa de acción en la
vida pública del país y que hoy se conoce como su Ideario Político. En éste
histórico documento, el patricio nos presenta una síntesis de las doctrinas
masónicas y nos señala que así como hay en la Orden alegrías, esperanzas y
sacrificios que le permiten al francmasón luchar por los ideales de Libertad,
Igualdad y Fraternidad, también existen o se elaboran planes o programas
mínimos de acción que el masón utiliza para poder servir con mayor eficacia a
sus semejantes, a su Patria y a la propia Institución Masónica.
El Ilustre y Poderoso Hermano, Juan A. Navarro
González dijo una vez que, se ha dicho que Juárez, como Jesús, el Cristo, al ser
iniciado en los grandes misterios en el Templo de Heliópolis, Egipto, le
previno el sacerdote que: "Las Mayores Alturas son conquistadas por
aquellos que descienden a las mayores profundidades", y así principia las
actividades de su vida, en los primeros años de su infancia, como pastor de
ovejas, guiándolas con su caramillo, para posteriormente conquistar las mayores
alturas y con su firmeza de principios y su voluntad inquebrantable, guiar al
pueblo de México, hacia su emancipación espiritual, cívica, económica y
social". Y continúa diciéndonos el Ilustre y Poderoso Hermano Navarro González:
El Venerable Hermano Benito Juárez, supo aplicar aquellos dos grandes
principios de la religión cristiana, uno que pronunciara Jesús cuando arrojó a
los mercaderes del templo diciéndoles: “Mi iglesia no es objeto de mercado” y
el otro cuando dijo: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de
Dios”, y con estas bases Juárez estableció el Contrato Civil del Matrimonio,
promulgó la Ley de Secularización de los Cementerios y principió con esto la
separación de los bienes materiales que corresponde administrar a los funcionarios
públicos, de los espirituales que es función exclusiva de los ministros de la
Iglesia.
"Como masón, Benito Juárez, fue virtuoso y
tuvo muchas cualidades humanas que determinaron su recia personalidad, así como
el destino de México al que le dio marca de Patria y que a su vez hizo posible
que su actuación y biografía están grabadas en la conciencia de los mexicanos.
Como hombre que desde su nacimiento padeció en
carne propia el tremendo desequilibrio social de la época estaba convencido que
sólo mediante una política bien intencionada, sin lastre de pasados agravios y ambiciones
mezquinas podrían prosperar los pueblos, pues consideraba de modo muy
particular que no siendo suficientes las normas teóricas de gobierno para
cimentar la felicidad de los gobernados, pues primero habría que dar leyes que
acabaran con las sediciones del momento y luego romper los diques de la
tradición y las costumbres convertidas en usos inveterados que impedían el
progreso."
Lo expresado en párrafos anteriores confirma
que Benito Juárez fue un masón que perteneció a la logia o logias de su preferencia
particular, y su participación en dichas logias, fue, seguramente, lo que vino
a determinar en él una verdadera conciencia masónica sobre los problemas
sociales, económicos y políticos de su época y por cuya razón, en todo tiempo
se condujo como masón en la vida pública de México, leal y congruente con los
principio masónicos, que eran sus principios y por ello no es de extrañarse que
en el año de 1864 escribiera desde Monterrey a Maximiliano para decirle:
"Y yo que por mis principios y juramentos
soy el llamado a sostener la integridad nacional, la Soberanía e Independencia,
tengo que trabajar activamente, multiplicando mis esfuerzos para corresponder
al depósito sagrado que la Nación en el ejercicio de sus facultades me ha
confiado."
Y agrega entre otros de sus connotados
principios, los que a continuación expresamos:
“El deseo de saber y de ilustrarse es innato en
el corazón del hombre. Quítense las trabas que la miseria y el despotismo le
oponen, y él se ilustrará naturalmente, aun cuando no se le dé protección
directa.
El hombre que carece de lo indispensable para
alimentar a su familia ve la instrucción de sus hijos como un bien remoto, o como
un obstáculo para conseguir el sustento diario. En vez de destinarlos a la
escuela, se sirve de ellos para el cuidado de la casa o para alquilar su débil
trabajo personal con qué poder aliviar un tanto el peso de la miseria que lo agobia.
Hijo del pueblo, yo no lo olvidaré, por el contrario, sostendré sus derechos, cuidaré de que se ilustre, se engrandezca y se cree un porvenir, y que abandone la carrera del desorden, de los vicios y de la miseria, a que lo han conducido los hombres que se dicen sus amigos y sus libertadores; pero que con sus hechos son sus más crueles tiranos.
Republicano de corazón y por principios, el
poder que ejerzo sólo lo emplearé para procurar vuestra felicidad y para reprimir
el vicio y el crimen, y de ninguna manera para ostentar un necio orgullo, como alimento
de las almas pequeñas. La autoridad no es mi patrimonio, sino un depósito que
la Nación me ha confiado muy especialmente para su independencia y su honor.
Nada con la fuerza; todo con el derecho y la
razón: se conseguirá la práctica de éste principio con sólo respetar el derecho
ajeno.
La democracia es el destino de la humanidad
futura; la libertad es su indestructible arma; la perfección posible, el fin donde
se dirige.
Yo no reconozco otra fuente pura del poder más
que la opinión pública.
El pueblo, única fuente pura del poder y de la
autoridad.
A los enemigos, justicia; a los amigos justicia
y gracia cuando quepa esta última”.
Los principios ideológicos que encierran las
transcripciones que anteceden sólo podían concebirse en un masón de la talla
del Venerable Hermano Benito Juárez. En ese hombre con alma del zapoteco
indómito a quien no le arredra la miseria del medio en que nació, ni la rudeza
de circunstancias que rodearon los primeros años de su existencia para incorporarse
a la civilización de su tiempo. En ese hombre a quién tampoco le arredraron las
condiciones sociales y económicas en que llevó a cabo sus estudios para más
tarde ingresar a la vida pública de la Nación, como tampoco fueron obstáculos
para él las persecuciones políticas, las tradiciones de sus correligionarios,
los peligros de muerte, los amagos de las potencias extranjeras, las artimañas
diplomáticas, ni las tentativas de poder por adulación para que su carácter de
brújula indeclinable se desviara del punto cardinal de servicio a México. Su empeño
tan grande y maravilloso en ese objetivo central de la Patria, que sólo la
muerte pudo separarlo de ese camino luminoso que todos los mexicanos tenemos la
ineludible obligación de seguir.
Fue tan grande la figura del patricio Benito
Juárez que sus ideas filosóficopolíticas aún retumban en el mundo de nuestros
días y a cien años de su fallecimiento cuando nos dice que: "La democracia
es el destino de la humanidad futura; la libertad su indestructible arma; la perfección
posible, el fin donde se dirige." Pero además, en esos principios
inmutables construye con tal maestría insuperable, el indestructible edificio
en que anida la doctrina de la libre autodeterminación de los pueblos al
sostener que "entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al
derecho ajeno es la paz".
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I:.H:. Albino Lázaro Chávez, 32º
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Año 1972.