Torres Bodet y el espiritismo
Wenceslao Vargas
Márquez
Jaime Torres
Bodet fue dos veces secretario de Educación Pública, Director General de la
Unesco, fundador del SNTE en diciembre de 1943 por órdenes de Manuel Ávila
Camacho para lo cual el presidente lo invitó el 21 de diciembre y ocupó la
oficina de la SEP el día 24, justo para inaugurar el congreso de unificación
del magisterio. Se suicidó, pegándose un balazo en la sien, el 13 de mayo de
1974. Tenía 72 años de edad.
Poeta, escribía
y hablaba francés (su madre era de ascendencia francesa). Se sabe que en los
años 1942 y 1943 asistió a las sesiones espiritistas organizadas por el IMIS,
Instituto Mexicano de Investigaciones Síquicas, a la que asistía de manera
estelar el ex presidente Calles y una larga lista de políticos de la época,
incluido Miguel Alemán Valdés y su esposa Beatriz.
Las actas de
esas sesiones espiritistas fueron publicadas en un libro por el antropólogo,
filólogo, inventor italiano, radicado en México, Gutierre Tibón (1905-1999), en
el año 1960, libro que, curiosamente, nunca menciona a Torres Bodet. Se titula
Una ventana al mundo invisible.
Cada acta espiritista tiene el nombre de los
participantes de esa noche. Además, Gutierre Tibón, publicó al principio del
libro una lista alfabética de la mayoría de los participantes. La lista salta
de Torreblanca a Ugarte sin mencionar a Torres Bodet. Si no aparece en el
libro, ¿por qué algunos autores lo consideran espiritista y asistente a las
sesiones? Trataré de dar aquí una explicación:
Las actas de los
días 25 junio, 3 de septiembre, 29 de octubre, 5 y 12 de noviembre de 1942, y
además las del 27 de mayo, 10 de junio, 17 de junio y 19 de agosto de 1943,
mencionan a un misterioso Doctor X como participante y firmante de las actas
que, incluso facsimilarmente, recogió Gutierre Tibón en su libro.
Veo nítidos los nombre y firmas
de espiritistas como Félix F. Palavicini (periodista tabasqueño, constituyente
de Querétaro en 1917), Antonio Médiz Bolio, Ramón Beteta (de Hacienda), Plutarco
Elías Calles, Javier Icaza (escritor), Gonzalo Gual Vidal (hermano del titular
de la SEP), Luis N. Morones (sindicalista, íntimo seguidor de Calles con quien
había vuelto del exilio en 1941), y un largo etcétera de personajes.
El acta del 27
de mayo de 1943 consigna que el médium fue Luis Martínez. La sesión comenzó a
las 21:25 y la cadena estuvo formada por 19 personas. Fueron ellas: Plutarco
Elías Calles, Ezequiel Padilla, Guadalupe C. de Padilla, el Doctor X, y otras
15 personas. Aquí encuentro una pista para sostener que el anónimo Doctor X era
Jaime Torres Bodet. Transcribo una parte del acta aclarando que Amajur es un
espíritu:
“En esta sesión
había como novedad, entre el mobiliario, un tambor reglamentario del ejército,
que fue colocado en el piso dentro del círculo. Juguetes, flores y demás como
de costumbre (…) Vino el maestro Amajur, llamando la atención que hubiera
dirigido sus pasos hacia donde estaba la señora Jovita, y más aún que comenzara
por tocarle sus oídos. Según expresó después la citada persona, venía sufriendo
alguna afección auricular, cosa que no había platicado a los concurrentes. Fue
asimismo con el señor Bernardo Bandala, frente a quien se agachó tomándole un
pie para pasar insistentemente su mano por el tobillo y aún más arriba (…) Se
acercó al médium y lo iluminó como dándole pases, en forma tal que el señor
Álvarez, su señora y el Gral. Calles vieron al médium recibiendo la luz del
Maestro. No faltó su acostumbrada y bondadosa actitud frente a todos y cada uno
de los presentes, exceptuando al Dr. X, a quien presumimos no se haya acercado
por considerar que le afectaba, debido a la muy dolorosa prueba que acababa de
sufrir con la reciente pérdida de su respetable madre”.
Tenemos pues
que, según el acta, el misterioso Dr. X perdió a su madre “recientemente” y
estamos en mayo de 1943. Lo que sigue es hallar la muerte de la madre de Torres
Bodet en el año de 1943 para tener con un alto grado de certidumbre
identificado al Doctor X por la coincidencia en las fechas.
En la red, Claire Bourely, se presenta como traductora al francés de Ventana a un mundo invisible (Fenetre sur un monde invisible, 1994) y dice que el Doctor X es Torres Bodet pero no dice en qué basa su afirmación: “Aujourd'hui, je peux vous confier que le docteur X, qui avait assisté à neuf séances importantes est le docteur Jaime Torres Bodet, l'un des plus brillants intellectuels que Mexico a formé en ce siècle”. Otros autores también mencionan a Torres Bodet como espiritista pero no explican cómo lo fue si no aparece en las actas.
Yo creo aquí que el dato de Bourely lo podemos sostener si sabemos al menos el año de la muerte de la madre de Torres Bodet, Emilia Bodet Levallois. Para ello hay que sumergirse en sus Memorias, de las cuales tengo un ejemplar en dos volúmenes bajo la firma editorial de Porrúa. El segundo tomo contiene 750 páginas. El primer tomo, en 722 páginas, contiene Tiempo de Arena, Años contra el tiempo y La victoria sin alas.
En Años contra el tiempo el capítulo IV se titula Una escalera para el pueblo, aludiendo a la educación, y narra el autor su actividad del día 31 de diciembre de 1943, una vez que ha cortado el listón fundacional del SNTE y se dedica a sostenerlo unido bajo las indicaciones presidenciales de Ávila Camacho. Pronto, el primer secretario general nacional del SNTE, Luis Chávez, renunciaría a pesar de esos esfuerzos, pero esa es historia aparte.
En la red, Claire Bourely, se presenta como traductora al francés de Ventana a un mundo invisible (Fenetre sur un monde invisible, 1994) y dice que el Doctor X es Torres Bodet pero no dice en qué basa su afirmación: “Aujourd'hui, je peux vous confier que le docteur X, qui avait assisté à neuf séances importantes est le docteur Jaime Torres Bodet, l'un des plus brillants intellectuels que Mexico a formé en ce siècle”. Otros autores también mencionan a Torres Bodet como espiritista pero no explican cómo lo fue si no aparece en las actas.
Yo creo aquí que el dato de Bourely lo podemos sostener si sabemos al menos el año de la muerte de la madre de Torres Bodet, Emilia Bodet Levallois. Para ello hay que sumergirse en sus Memorias, de las cuales tengo un ejemplar en dos volúmenes bajo la firma editorial de Porrúa. El segundo tomo contiene 750 páginas. El primer tomo, en 722 páginas, contiene Tiempo de Arena, Años contra el tiempo y La victoria sin alas.
En Años contra el tiempo el capítulo IV se titula Una escalera para el pueblo, aludiendo a la educación, y narra el autor su actividad del día 31 de diciembre de 1943, una vez que ha cortado el listón fundacional del SNTE y se dedica a sostenerlo unido bajo las indicaciones presidenciales de Ávila Camacho. Pronto, el primer secretario general nacional del SNTE, Luis Chávez, renunciaría a pesar de esos esfuerzos, pero esa es historia aparte.
Dice Torres
Bodet en la página 247 que, siendo la noche de San Silvestre, de 1943 se
merecía derecho al menos a una hora de soledad. Escribe que se dirigió al
Panteón Civil de Dolores. Añade: “Llegué a la tumba –modesta y blanca- hasta
cuyo sitio, con veinte años de diferencia, seguí los féretros de mi padre, en
1923, y de mi madre, en 1943”. La madre murió en 1943, falta saber el mes.
Nunca se nos
pudo haber ocurrido que Jaime Torres Bodet hubiese estado en sesiones
espiritistas en mayo, junio y agosto de 1943, alrededor de una mesa redonda y
una tabla ouija, y en diciembre ocupara la titularidad de la SEP. Seguro la SEP
y el SNTE le quitaron todo su tiempo libre porque para después de agosto de
1943 no hay datos de que hubiese vuelto a participar. O quizá haya sido un pretexto porque,
por ejemplo, Plutarco Elías Calles murió en octubre de 1945, pero siguió asistiendo, sin excusas. Nunca dejó de ir bajo el pretexto fútil de que ya estaba muerto. El lector de estos párrafos, que
es un lector inteligente y agudo, no se equivocará al sospechar la manera en que mi general siguió participando.
TEXTO COMPLETO EN MI LIBRO
LA MASONERÍA EN LA PRESIDENCIA DE MÉXICO