Discurso de Juan Díaz de la Torre en el Consejo Nacional 38 del 9 y 10 de septiembre de 2013.-
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Compañeras y compañeros Concejales;
Maestras y maestros;
El SNTE es una organización
con una larga tradición de lucha sindical y educativa.
Somos herederos de un
gremio de docentes que contribuyeron a lo largo y ancho del país a forjar la
unidad y la identidad de la Nación. Maestras y maestros que supieron enseñar a
niñas y niños a amar a la Patria.
Somos una organización de
trabajadores… de maestros… de profesionales de la educación que hemos
contribuido desde el aula pública a ampliar el horizonte de oportunidades de
movilidad social para los mexicanos y al mismo tiempo y sin tregua, dando la
lucha por mejorar nuestras condiciones de vida y laborales.
Un gremio con hondas
raíces sociales; cercano al sentir y a la sabiduría de un pueblo que tiene en la educación la garantía
para acceder a sus más altas aspiraciones.
Como padres y como
maestros, estamos seguros que una buena educación es la mejor herencia que
podemos legar a nuestros propios hijos y a las futuras generaciones.
Por eso postulamos una
educación al servicio del pueblo… una educación pública que sea gratuita,
laica, obligatoria, democrática, apegada al progreso científico, humanista y de
calidad con equidad.
El proceso de
consolidación del sindicalismo magisterial se ha forjado durante muchos años.
Quienes nos antecedieron
en esta orgullosa profesión fueron docentes que supieron aportar en su momento
a la Nación valiosas lecciones patrióticas, que han sido el sólido cimiento en
la consolidación y vigencia de nuestro sindicato.
En el siglo pasado, los
maestros de México supimos acompañar a la Nación en el logro de la hazaña
educativa en materia de cobertura universal. Sabemos que la docencia es una
profesión de Estado. Hemos cumplido históricamente con nuestra responsabilidad
y compromiso. Habremos de seguir haciéndolo.
Compañeras y compañeros:
Las nuevas normas
regulatorias en materia educativa, recientemente aprobadas, nos deben llevar
como trabajadores, maestros y profesionales de la educación a una reflexión
serena… a realizar un profundo examen de conciencia y un ejercicio autocrítico
para trazar con claridad los nuevos derroteros de nuestra lucha laboral,
profesional, educativa y sindical.
Somos un gremio convencido que la mejor pedagogía es
enseñar con el ejemplo en el aula magna de la sociedad, ejerciendo plenamente
nuestros derechos laborales y cumpliendo a cabalidad con nuestras obligaciones
profesionales.
Por eso, los trabajadores
de la educación, con la misma fuerza,
unidad y determinación con que estamos ejerciendo la defensa de nuestros
legítimos derechos e intereses, nos disponemos a dar una lucha profesional por
mejorar la calidad de la educación.
Defendemos nuestros
derechos, por ello, reivindicamos nuestra profesión.
Digámoslo con claridad:
Los cambios no toman al SNTE por
sorpresa. Levantamos nuestra voz, durante los últimos años, para decir que la
educación pública estaba en crisis e hicimos reiterados llamados a que todos
asumiéramos compromisos para mejorar la calidad de la educación pública,
transformando integralmente el sistema educativo nacional.
Fuimos nosotros quienes propusimos
atraer a los mejores maestros para ingresar al servicio; quienes planteamos la
reformulación de carrera magisterial.
Fue también el SNTE quien
propuso la creación del INEE y posteriormente, en 2011, que se contituyera en
un organismo autónomo, que sin coacciones o presiones y de manera libre, realizara
evaluaciones imparciales, integrales, justas y contextualizadas con criterios
pedagógicos, que permitieran generar evidencias para llevar a cabo acciones de
mejora en todos los componentes del sistema educativo nacional.
De igual forma, porque
somos un gremio que conoce los grandes problemas que aquejan a diversas
regiones del país, propusimos un modelo de escuela de tiempo completo, con
maestros de tiempo completo; con alimentación sana para los niños… escuelas
seguras y abiertas a la comunidad extra escolar.
Se equivocan quienes
creen que las condiciones que guarda la educación pública son sólo
responsabilidad de los maestros… Convencidos que la educación es tarea de todos
y que la mejora depende de la suma de todos los esfuerzos, propusimos los
Consejos de Participación Social en la Educación para que los padres de familia
se comprometieran a trabajar al lado de los maestros con el reto de hacer
comunidad educativa y de esa manera compartir responsabilidades en el desafío
de cumplir con la hechura de un perfil educativo a la altura de los imperativos
que demanda el devenir de la nación.
Hay pruebas de que
nuestro compromiso es mejorar la calidad de las escuelas públicas. Por eso los
maestros del SNTE seguiremos exigiendo una formación continua de excelencia, y para la escuela pública
una mayor inversión para infraestructura, equipamiento, materiales de apoyo y
plantas docentes completas, y a la sociedad el que, con el mismo ímpetu con el
que justamente reclama calidad educativa, comparta con sus maestros la
exigencia por presupuestos adecuados para que esto se cumpla, así como
servidores públicos comprometidos con la transformación del sistema educativo.
Compañeras y compañeros:
El SNTE es un patrimonio
de la Nación y el mejor instrumento de lucha no sólo de los maestros, sino de
las grandes capas de mexicanos que tienen en la escuela pública su más sólido
patrimonio y herencia para sus hijos.
Somos una organización
que desde su fundación en 1943 y a lo largo de su historia ha sabido aprender
de sus aciertos y también de sus errores.
Estoy seguro que las
respuestas ante los nuevos y enormes desafíos que hoy afrontamos, no están en
un pasado que ve en esta coyuntura, la oportunidad de posicionar sus intereses
personales.
Tampoco está en las
prácticas de un sindicalismo que no ha sabido poner el reloj de sus formas de
lucha a tiempo con las nuevas realidades. Que nadie se confunda, me refiero a
la CNTE que con el argumento de la defensa de la escuela pública y la
democracia sindical, ejerciendo prácticas manipuladoras, clientelares y de
control sobre ideologizadas, fundadas en prebendas, chantajes y presiones que
lastiman la dignidad de los trabajadores y que incluso, desarticulando la
agenda educativa y sindical, ha llamado públicamente a la insurgencia contra
las instituciones publicas. A ellos les decimos, al mismo tiempo que les
llamamos a reconsiderar su forma de lucha, que la verdadera democracia, la que
no cancela conciencias ni subyuga dignidades, también requiere democracia y esa
está en el SNTE, representada legal y legítimamente en este órgano de gobierno.
Ellos, con sus acciones,
han lesionado gravemente la imagen que la sociedad debe tener de sus maestros y
lo digo con claridad, la imagen ante la sociedad, a la que nos debemos, con la
que nos comprometemos y de la que los maestros somos parte por nuestro propio
origen social y formación.
Con su estrategia de
lucha abandonan la más importante tarea que como maestros tenemos: estar en las
aulas al lado de nuestros alumnos.
Nosotros no claudicamos a
dar una lucha por los grande ejes por los que transita la acción sindical, UNIDAD Y AUTONOMÍA, DEFENSA DE LOS DERECHOS
DE LOS TRABAJADORES Y COMPROMISO REAL CON NUESTRA MATERIA DE TRABAJO.
Los retos obligan a
revisar y renovar nuestras formas de hacer sindicalismo.
Debemos impulsar una gran
transformación sindical porque un sindicalismo resistente al cambio terminaría
por ser arrasado por las nuevas exigencias y la fuerza de las transformaciones
en curso.
Un sindicalismo que sin
renunciar a participar en la construcción de la agenda política, esté menos
volcado a los temas y tensiones de la misma, sino cercano, mucho más cercano, a
los temas naturales de nuestra condición gremial y profesional, es decir, los
relativos a la educación y al magisterio.
Un sindicalismo que
reconstituya las alianzas del gremio con el más amplio espectro de las
organizaciones de la sociedad, los medios de comunicación y los líderes de
opinión, pero especialmente con las madres y padres de familia y con la
comunidad educativa.
Un sindicalismo que no
privilegie las posiciones politicas ni el poder, sino los derechos de sus
agremiados y la calidad de la educación, para de ahí hacer frente al embate que
desde los dos extremos del espectro político, pretenden desfondar al Sindicato.
Unos en la calle, en la diatriba y en el todo o nada y algunos otros desde el
poder económico y con los recursos a su disposición, trabajando desde hace
tiempo por posicionar su agenda a partir del descrédito, la estigmatización y
la descalificación de los maestros y su Sindicato, acechando la oportunidad de
asaltar la educación como negocio y no como espacio para la equidad social.
No debemos ir muy lejos
ni mirar hacia afuera para encontrar nuestra posición frente a estos embates,
la respuesta está en el primer principio que postuló el SNTE desde su fundación
y que sigue vigente: “Por la Educación al Servicio del Pueblo”.
Todos lo tenemos claro,
nadie gana con una campaña de descalificación al magisterio y su Sindicato. Se
daña la imagen de las y los maestros… pierde la educación y su organización
sindical. Todos perdemos; pero sobre todo pierde México.
Compañeras y compañeros,
el aula debe ser en adelante una de nuestras trincheras privilegiadas de lucha
educativa y sindical… desde ahí debemos desarrollar una, y la misma lucha…
reivindicación de nuestra labor profesional y defensa inquebrantable de
nuestros derechos.
Desde el aula debemos
hacer de nueva cuenta nuestra mejor contribución con el país por una educación
pública de calidad con equidad.
La dirigencia de todos
los niveles debe estar acompañando a los maestros en las escuelas,
fortaleciendo la vocación profesional, defendiendo el interés de los maestros
que quieran mejorar su formación; apoyando sus intereses por actualizarse y sus
empeños por su superación profesional y atendiendo cada día la problemática
cotidiana que es lo que ellos requieren y para lo que exigen atención y solución.
Un sindicalismo de nuevo
cuño, que debe saber traducir la solidaridad del mundo laboral entre
trabajadores, a una solidaridad en materia educativa entre profesionales de la
educación.
Un SNTE que sepa defender
con determinación e inteligencia los derechos laborales y sindicales; y a la
vez, cumplir a cabalidad con nuestro compromiso como maestros, trabajadores y
profesionales de la educación.
Por eso, los convoco a
desarrollar un sindicalismo que se distinga por ser transparente, eficaz y
eficiente; moderno, innovador y horizontal. Los convoco a dar esta lucha al
lado de nuestros compañeros, haciendo prevalecer el carácter nacional y
unitario de nuestro Sindicato, que ha sido el baluarte que en nuestra historia,
nos ha permitido transformar la adversidad en oportunidad y éxito. Unidad y
convicción sindicalista son la divisa compañeros.
El SNTE
tiene historia y
proyecto… Unidos los trabajadores de la educación en torno a los
principios
históricos más preciados del sindicalismo histórico: autonomía,
justicia,
solidaridad, unidad… con el orgullo de ser maestros; el compromiso de
servir a México, damos destino a esta nueva etapa de nuestro
Sindicato y contribuimos a la mejora de la educación pública nacional
Por la educación al servicio del Pueblo.
Gracias.