sábado, 12 de octubre de 2013

Discurso de Juan Díaz en el Consejo Nacional 38 del SNTE - 9 sept 2013

Discurso de Juan Díaz de la Torre en el Consejo Nacional 38 del 9 y 10 de septiembre de 2013.-  
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Compañeras y compañeros Concejales;
Maestras y maestros;
El SNTE es una organización con una larga tradición de lucha sindical y educativa.
Somos herederos de un gremio de docentes que contribuyeron a lo largo y ancho del país a forjar la unidad y la identidad de la Nación. Maestras y maestros que supieron enseñar a niñas y niños a amar a la Patria.
Somos una organización de trabajadores… de maestros… de profesionales de la educación que hemos contribuido desde el aula pública a ampliar el horizonte de oportunidades de movilidad social para los mexicanos y al mismo tiempo y sin tregua, dando la lucha por mejorar nuestras condiciones de vida y laborales.
Un gremio con hondas raíces sociales; cercano al sentir y a la sabiduría de un  pueblo que tiene en la educación la garantía para acceder a sus más altas aspiraciones.
Como padres y como maestros, estamos seguros que una buena educación es la mejor herencia que podemos legar a nuestros propios hijos y a las futuras generaciones.
Por eso postulamos una educación al servicio del pueblo… una educación pública que sea gratuita, laica, obligatoria, democrática, apegada al progreso científico, humanista y de calidad con equidad.
El proceso de consolidación del sindicalismo magisterial se ha forjado durante muchos años.
Quienes nos antecedieron en esta orgullosa profesión fueron docentes que supieron aportar en su momento a la Nación valiosas lecciones patrióticas, que han sido el sólido cimiento en la consolidación y vigencia de nuestro sindicato.
En el siglo pasado, los maestros de México supimos acompañar a la Nación en el logro de la hazaña educativa en materia de cobertura universal. Sabemos que la docencia es una profesión de Estado. Hemos cumplido históricamente con nuestra responsabilidad y compromiso. Habremos de seguir haciéndolo.
Compañeras y compañeros:
Las nuevas normas regulatorias en materia educativa, recientemente aprobadas, nos deben llevar como trabajadores, maestros y profesionales de la educación a una reflexión serena… a realizar un profundo examen de conciencia y un ejercicio autocrítico para trazar con claridad los nuevos derroteros de nuestra lucha laboral, profesional, educativa y sindical.
Somos un  gremio convencido que la mejor pedagogía es enseñar con el ejemplo en el aula magna de la sociedad, ejerciendo plenamente nuestros derechos laborales y cumpliendo a cabalidad con nuestras obligaciones profesionales.
Por eso, los trabajadores de  la educación, con la misma fuerza, unidad y determinación con que estamos ejerciendo la defensa de nuestros legítimos derechos e intereses, nos disponemos a dar una lucha profesional por mejorar la calidad de la educación.
Defendemos nuestros derechos, por ello, reivindicamos nuestra profesión.
Digámoslo con claridad: Los cambios no  toman al SNTE por sorpresa. Levantamos nuestra voz, durante los últimos años, para decir que la educación pública estaba en crisis e hicimos reiterados llamados a que todos asumiéramos compromisos para mejorar la calidad de la educación pública, transformando integralmente el sistema educativo nacional.
Fuimos nosotros quienes propusimos atraer a los mejores maestros para ingresar al servicio; quienes planteamos la reformulación de carrera magisterial.
Fue también el SNTE quien propuso la creación del INEE y posteriormente, en 2011, que se contituyera en un organismo autónomo, que sin coacciones o presiones y de manera libre, realizara evaluaciones imparciales, integrales, justas y contextualizadas con criterios pedagógicos, que permitieran generar evidencias para llevar a cabo acciones de mejora en todos los componentes del sistema educativo nacional.
De igual forma, porque somos un gremio que conoce los grandes problemas que aquejan a diversas regiones del país, propusimos un modelo de escuela de tiempo completo, con maestros de tiempo completo; con alimentación sana para los niños… escuelas seguras y abiertas a la comunidad extra escolar.
Se equivocan quienes creen que las condiciones que guarda la educación pública son sólo responsabilidad de los maestros… Convencidos que la educación es tarea de todos y que la mejora depende de la suma de todos los esfuerzos, propusimos los Consejos de Participación Social en la Educación para que los padres de familia se comprometieran a trabajar al lado de los maestros con el reto de hacer comunidad educativa y de esa manera compartir responsabilidades en el desafío de cumplir con la hechura de un perfil educativo a la altura de los imperativos que demanda el devenir de la nación.
Hay pruebas de que nuestro compromiso es mejorar la calidad de las escuelas públicas. Por eso los maestros del SNTE seguiremos exigiendo una formación continua de excelencia, y para la escuela pública una mayor inversión para infraestructura, equipamiento, materiales de apoyo y plantas docentes completas, y a la sociedad el que, con el mismo ímpetu con el que justamente reclama calidad educativa, comparta con sus maestros la exigencia por presupuestos adecuados para que esto se cumpla, así como servidores públicos comprometidos con la transformación del sistema educativo.
Compañeras y compañeros: 
El SNTE es un patrimonio de la Nación y el mejor instrumento de lucha no sólo de los maestros, sino de las grandes capas de mexicanos que tienen en la escuela pública su más sólido patrimonio y herencia para sus hijos.
Somos una organización que desde su fundación en 1943 y a lo largo de su historia ha sabido aprender de sus aciertos y también de sus errores.
Estoy seguro que las respuestas ante los nuevos y enormes desafíos que hoy afrontamos, no están en un pasado que ve en esta coyuntura, la oportunidad de posicionar sus intereses personales.
Tampoco está en las prácticas de un sindicalismo que no ha sabido poner el reloj de sus formas de lucha a tiempo con las nuevas realidades. Que nadie se confunda, me refiero a la CNTE que con el argumento de la defensa de la escuela pública y la democracia sindical, ejerciendo prácticas manipuladoras, clientelares y de control sobre ideologizadas, fundadas en prebendas, chantajes y presiones que lastiman la dignidad de los trabajadores y que incluso, desarticulando la agenda educativa y sindical, ha llamado públicamente a la insurgencia contra las instituciones publicas. A ellos les decimos, al mismo tiempo que les llamamos a reconsiderar su forma de lucha, que la verdadera democracia, la que no cancela conciencias ni subyuga dignidades, también requiere democracia y esa está en el SNTE, representada legal y legítimamente en este órgano de gobierno.
Ellos, con sus acciones, han lesionado gravemente la imagen que la sociedad debe tener de sus maestros y lo digo con claridad, la imagen ante la sociedad, a la que nos debemos, con la que nos comprometemos y de la que los maestros somos parte por nuestro propio origen social y formación.
Con su estrategia de lucha abandonan la más importante tarea que como maestros tenemos: estar en las aulas al lado de nuestros alumnos. 
Nosotros no claudicamos a dar una lucha por los grande ejes por los que transita la acción sindical, UNIDAD Y AUTONOMÍA, DEFENSA DE LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES Y COMPROMISO REAL CON NUESTRA MATERIA DE TRABAJO.
Los retos obligan a revisar y renovar nuestras formas de hacer sindicalismo.
Debemos impulsar una gran transformación sindical porque un sindicalismo resistente al cambio terminaría por ser arrasado por las nuevas exigencias y la fuerza de las transformaciones en curso.
Un sindicalismo que sin renunciar a participar en la construcción de la agenda política, esté menos volcado a los temas y tensiones de la misma, sino cercano, mucho más cercano, a los temas naturales de nuestra condición gremial y profesional, es decir, los relativos a la educación y al magisterio. 
Un sindicalismo que reconstituya las alianzas del gremio con el más amplio espectro de las organizaciones de la sociedad, los medios de comunicación y los líderes de opinión, pero especialmente con las madres y padres de familia y con la comunidad educativa.
Un sindicalismo que no privilegie las posiciones politicas ni el poder, sino los derechos de sus agremiados y la calidad de la educación, para de ahí hacer frente al embate que desde los dos extremos del espectro político, pretenden desfondar al Sindicato. Unos en la calle, en la diatriba y en el todo o nada y algunos otros desde el poder económico y con los recursos a su disposición, trabajando desde hace tiempo por posicionar su agenda a partir del descrédito, la estigmatización y la descalificación de los maestros y su Sindicato, acechando la oportunidad de asaltar la educación como negocio y no como espacio para la equidad social.
No debemos ir muy lejos ni mirar hacia afuera para encontrar nuestra posición frente a estos embates, la respuesta está en el primer principio que postuló el SNTE desde su fundación y que sigue vigente: “Por la Educación al Servicio del Pueblo”.
Todos lo tenemos claro, nadie gana con una campaña de descalificación al magisterio y su Sindicato. Se daña la imagen de las y los maestros… pierde la educación y su organización sindical. Todos perdemos; pero sobre todo pierde México.
Compañeras y compañeros, el aula debe ser en adelante una de nuestras trincheras privilegiadas de lucha educativa y sindical… desde ahí debemos desarrollar una, y la misma lucha… reivindicación de nuestra labor profesional y defensa inquebrantable de nuestros derechos. 
Desde el aula debemos hacer de nueva cuenta nuestra mejor contribución con el país por una educación pública de calidad con equidad.
La dirigencia de todos los niveles debe estar acompañando a los maestros en las escuelas, fortaleciendo la vocación profesional, defendiendo el interés de los maestros que quieran mejorar su formación; apoyando sus intereses por actualizarse y sus empeños por su superación profesional y atendiendo cada día la problemática cotidiana que es lo que ellos requieren y para lo que exigen atención y solución.
Un sindicalismo de nuevo cuño, que debe saber traducir la solidaridad del mundo laboral entre trabajadores, a una solidaridad en materia educativa entre profesionales de la educación.
Un SNTE que sepa defender con determinación e inteligencia los derechos laborales y sindicales; y a la vez, cumplir a cabalidad con nuestro compromiso como maestros, trabajadores y profesionales de la educación.
Por eso, los convoco a desarrollar un sindicalismo que se distinga por ser transparente, eficaz y eficiente; moderno, innovador y horizontal. Los convoco a dar esta lucha al lado de nuestros compañeros, haciendo prevalecer el carácter nacional y unitario de nuestro Sindicato, que ha sido el baluarte que en nuestra historia, nos ha permitido transformar la adversidad en oportunidad y éxito. Unidad y convicción sindicalista son la divisa compañeros.
El SNTE tiene historia y proyecto… Unidos los trabajadores de la educación en torno a los principios históricos más preciados del sindicalismo histórico: autonomía, justicia, solidaridad, unidad… con el orgullo de ser maestros; el compromiso de servir a México, damos destino a esta nueva etapa de nuestro Sindicato y contribuimos a la mejora de la educación pública nacional 
Por la educación al servicio del Pueblo.
Gracias.