lunes, 30 de junio de 2014

SEP va contra 6 estados por reforma educativa | La silla rota

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Pide Iglesia de Oaxaca a maestros y diputados acatar la Reforma Educativa

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domingo, 22 de junio de 2014

Puterías. Putos y putas en El Quijote * Wenceslao Vargas Márquez.

Puterías. Putos y putas en El Quijote
Por Wenceslao Vargas Márquez

La Federación Internacional de Futbol Asociado (Fifa, por sus siglas ¡en pashtún!) ha encaminado sus furias a la decisión de multar a mexicanos aficionados que le gritan "puto" a los futbolistas contrarios. 

La palabra no es mexicana y como insulto no es de reciente data. Ya en 1605 y 1615 Cervantes la usaba frecuentemente como insulto en su monumental obra Don Quijote, partes I y II. Repasemos citando parte y capítulo en cuestión apoyados en la edición de Porrúa-Sepan Cuantos: 




En I:16 el ventero busca a Maritornes enfadado mientras oye escándalo en la habitación de don Quijote: “¿Adónde estás, puta? A buen seguro que son tus cosas éstas”. En I:22 don Quijote libera unos presos entre los que se halla el especial y genial personaje Ginés de Pasamonte. Liberados ya, don Quijote pide que vayan a agradecerle a Dulcinea y Ginés se niega por lo que don Quijote enfurece: “Pues ¡voto a tal!, don hijo de la puta, don Ginesillo de Paropillo, o como os llaméis, que habéis de ir vos solo, rabo entre piernas, con toda la cadena a cuestas”.

En I:25, comentando el aspecto físico de Dulcinea, don Quijote la idealiza pero Sancho comenta lo que él ve en Aldonza Lorenzo: “¡Oh hideputa, qué rejo que tiene, y qué voz!”. Rejo es vigor físico, y comenta lo de la voz porque Aldonza la tiene grave y hombruna. En I:29 Sancho desea que su amo mate a un hideputa gigante.

En I:30 Sancho reprocha que se haya liberado a los presos del capítulo 22. Don Quijote explica que él, como caballero andante tiene facultades para hacerlo y quien diga lo contrario “miente como un hideputa y mal nacido”. Enseguida Sancho le pide a su amo que se case con Dorotea-Micomicona y se olvide de Dulcinea. “¡Eso juro yo -dijo Sancho- para el puto que no se casare”. Don Quijote enfurece porque su único amor es Dulcinea.

Escribe Cervantes renglones especialmente amorosos como pocos en la literatura universal: “Ella pelea en mí, y vence en mí, y yo vivo y respiro en ella, y tengo vida y ser. ¡Oh hideputa bellaco, y cómo sois desagradecido”. Después de este conflicto Sancho mira que se acerca Ginés de Pasamonte con el asno que robó a Sancho y este le reclama a aquél que se lo devuelva: “Deja mi asno, deja mi regalo. Huye, puto; auséntate ladrón”.

Putto, cuadro atribuido a Carlo Cignani
Crédito: fineartamerica.com

En I:37 Don Quijote confunde a unas bolsas de cuero llenas de vino con unos gigantes y con su espada los perfora. Sancho le explica a su amo que son bolsas llenas de vino: el gigante es el cuero horadado, la sangre es el vino y desesperado exclama que “la cabeza cortada es la puta que me parió”. 

Muy pronto don Quijote tiene un instante de lucidez y le reclama a Sancho: “¿No me acabaste de decir ahora (…) que la cabeza que entiendo que corté a un gigante era la puta que te parió?” 

Después (I:46) don Quijote le dice a Sancho que es hora de seguir su camino y Sancho que está cómodo alega que no: “No hay para qué darme prisa a que ensille a Rocinante, albarde el jumento y aderece al palafrén, pues será mejor que nos estemos quedos, y cada puta hile, y comamos”.

En I:52 un cabrero pone en duda lo que don Quijote es: “O que vuestra merced se burla, o que este gentil hombre debe de tener vacíos los aposentos de la cabeza”. Don Quijote enfurece y le grita al cabrero: “Sois un grandísimo bellaco, y vos sois el vacío y el menguado, que yo estoy más lleno que jamás lo estuvo la muy hideputa puta que os parió”.

En la segunda parte, en II:10 se lee la exclamación “Oxte, puto”, equivalente a una interjección para ahuyentar algo dañino. En II:13 el Caballero del Bosque pretende alabar a la familia de Sancho Panza con una serie de menciones que al escudero no le gustan, especialmente la frase que el del Bosque endereza contra la quinceañera hija de Sancho. 

Dijo el del Bosque: “¡Oh hideputa, puta, y qué rejo debe de tener la bellaca!”. A lo que respondió Sancho, algo mohíno: “–Ni ella es puta, ni lo fue su madre, ni lo será ninguna de las dos”. 

Sancho se enoja y el del Bosque afirma que decirle puta es una alabanza: “¿Cómo y no sabe que cuando algún caballero da una buena lanzada al toro en la plaza, o cuando alguna persona hace alguna cosa bien hecha, suele decir el vulgo: "¡Oh hideputa, puto, y qué bien que lo ha hecho!?". 

Enseguida Sancho alaba un vino que toma exclamando “hideputa bellaco”. El del Bosque se lo hace ver y Sancho termina por aceptar que no es deshonra llamar ‘hijo de puta’ a nadie, cuando se trata de alabar.



Albert König Liebende Putten.jpg
Dos 'Putti'.
  

En II:31 Sancho le hace ver a cierta señora que ya está entrada en años. La dueña, furiosa, revira a Sancho “–Hijo de puta, si soy vieja o no, a Dios daré la cuenta, que no a vos, bellaco”. 

El Quijote, el apócrifo de Alonso Fernández de Avellaneda, de 1614, también tiene putos, putas y puterías pero no lo abordaremos por ahora.

El Quijote (el cervantino) de Porrúa-Sepan cuantos no tiene una definición de puto pero sí la tiene el Quijote de Alfaguara remitido por Vicente Fox a las escuelas mexicanas en 2005, ocasión de los 400 años de la publicación de la primera parte (1605) y que sirvió para todo, incluso para emparejar la cuarta pata de la mesa del profe, pero no para leerse. 

Por esa edición se sabe que puto es una voz de germanía y significa 'homosexual'. Germanía es el habla de malhechores y rufianes.

He podido consultar un ejemplar facsimilar del diccionario italiano de 1821 de Cormon y Manni. En él aparece la entrada 'putto' equivalente a un sustantivo masculino que traduce el diccionario como 'muchacho', a secas. 

En cambio 'putta' es traducido por 'puta' mientras que la doble entrada 'putto, tta' se traduce como 'venal'. Con motivos religiosos, la pintura y la arquitectura del Renacimiento (siglos XV y XVI) tienen ángeles alados denominados 'putto' en singular y 'putti' en plural. Sabemos que los ángeles no tienen sexo (ni ropa). 


A sybil inspired by a putto.
Crédito: fineartamerica.com


¿Saldría de este tema artístico renacentista el término moderno 'puto'? El diccionario Merriam-Webster en línea dice que la palabra tuvo su aparición en inglés en el siglo XVII. La edición en línea dice: 'First Known Use: circa 1660'; en cambio la aplicación (app) dice que su primer uso en inglés data de 1644. Otro diccionario habla de la década 1635-45. 

Citando al Online Etymology Dictionary Wikipedia dice que putto procede de la palabra latina putus que significa "niño".

Leo Llueve en Roma, de Anthony Burgess, autor de La naranja mecánica. En ella uno de sus personajes se asoma a la ventana y ve la lluvia y unos 'putti de piedra nevada en la fachada de la basílica'. En ninguna otra obra literaria he encontrado la palabreja.

Leo las más de mil páginas de la Historia general de las cosas de la Nueva España, de Sahagún, nuestro Plinio novohispano, en un ejemplar de Porrúa. Me encontré la palabra puto. La obra fue escrita en el último tramo del siglo XVI, hacia 1550-80. En ella, que es una enciclopedia acerca de los aztecas, aparecen ruegos y exhortos a sus dioses.

En estas súplicas aparecen imprecaciones que usan la palabra puto. Por ejemplo, en el libro III, cap. II, titulado De la estimación en que era tenido el dios llamado Titlacauan o Tezcatlipoca, los aztecas muy enfermos clamaban a su dios. Fray Bernardino escribe: "El enfermo desesperado que no podía sanar reñía enojado y decía: ¡Oh Titlacauan, puto, hacéis burla de mí! ¿Por qué no me matáis?

En el libro IV, capítulo IX, escribe Sahagún: "Algunos, cuando perdían su hacienda, con desesperación reñían a Tezcatlipoca, y decíanle: Tú, Tezcatlipoca, eres un puto y hasme burlado y engañado.

En el libro V, capítulo V, p. 265, se narra del mal agüero que tomaban del chillido de la lechuza. Decían que era el mensajero del dios Mictlantecutli, que iba y venía del infierno. 

Si junto con el chillido oían que la lechuza escarbaba con las uñas, quien la oía, si era mujer le decía: "Vete de ahí puto; ¿has agujereado el cabello con que tengo de beber allá en el infierno? Antes de esto no puedo ir"

En el capítulo XXI del libro XII, p. 716, narra Sahagún que Moctezuma y el gobernador de Tlatelolco les pedían a los aztecas dejar de pelear contra los españoles. "Oídas estas voces por los mexicanos y tlatilulcas, comenzaron entre sí a bravear, y a maldecir a Mocthecuzoma diciendo: ¿qué dice el  puto de Mocthecuzoma y tú bellaco con él? No cesaremos de la guerra".

Para concluir veamos ahora las diferencias entre homosexual y puto: ¿Qué es un homosexual? Es quien tiene preferencia física por personas de su mismo sexo. A esto se refiere, en parte, este inconcebible y sicalíptico texto que he redactado. 

¿Y puto? El que lo lea.

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X: @WenceslaoXalapa





domingo, 8 de junio de 2014

El emperador no tiene quien le escriba

EL EMPERADOR NO TIENE QUIEN EL ESCRIBA
Wenceslao Vargas Márquez

Hace siglo y medio, en junio de 1864, se concretó un tercer experimento de forma de gobierno en nuestro país que no fuese su modelo el de una república federal. El primer experimento fue el breve gobierno de diez meses a cargo de Agustín de Iturbide; el segundo fue el más largo: la república central que duro diez años entre 1836 y 1846 en números redondos. El de Maximiliano duró tres años entre 1864 y 1867.

Lo más simple es tacharlos de traidores pero cuando José María Gutiérrez de Estrada, ideólogo mexicano del experimento imperial, logró concretar sus planes, lo que estaba haciendo era un cambio de gobierno que él y otros consideraban urgente: la república sólo había dado dolores de cabeza, injusticia, hambre y bancarrota. ¿Y hoy?

José Manuel de Hidalgo, Juan Nepomuceno Almonte, y el para entonces fallecido Lucas Alamán, creyeron sincera –e interesadamente- que la solución a los problemas de México estaba en el cambio de forma gobierno. El sólido intelectual Alamán, en marzo de 1853, recibiendo a Santa Anna para su último gobierno, había reprobado la designación de gobiernos por medio de elecciones:

“Estamos decididos contra la federación; contra el sistema representativo por el orden de elecciones que se ha seguido hasta ahora; contra los ayuntamientos electivos y contra todo lo que se llama elección popular, mientras no descanse sobre otras bases. Creemos necesaria una nueva división territorial, que confunda enteramente y haga olvidar la actual forma del Estado y facilite la buena administración, siendo éste el medio eficaz para que la Federación no retoñe”.
 

Intentos de toda laya se habían hecho. Ya dijimos de Iturbide y de la república central. El último gobierno de Santa Anna parecía todo menos republicano. Miguel Soto documenta una más en ‘La Conspiración Monárquica de México 1845-1846’ frustrada. 

Los conservadores no cejaron y durante 1862-63 los planes se concretaron en la persona del austriaco Fernando Maximiliano de Habsburgo nacido en 1832 y de Carlota de Bélgica nacida en 1840 y que celebró su primer aniversario en territorio mexicano el 7 de junio de 1864 mientras viajaba del puerto de Veracruz a la capital, a su toma de posesión, tramos a caballo, en mula, en ferrocarril y a pie durante los días del 30 de mayo al 12 de junio de hace justamente siglo y medio, 150 años de una esperanza nacida al calor de la geopolítica de Napoleón III y muerta con balazos republicanos en Querétaro en junio de 1867.

Se hace inconcebible que los enemigos del sufragio electoral fuesen exigidos por Maximiliano a que se hiciera una especie de consulta a la base para que el emperador accediera a tomar el mando del Imperio Mexicano. Dijo el austriaco que con esas pocas personas que fueron a ofrecerle el trono no era suficiente para decidir. Los conservadores consiguieron las actas y Maximiliano aceptó.

¿Tuvieron razón los centralistas y los imperialistas en su pretensión de cambiar la forma de gobierno, pretensión que lograron tres veces? En muchas cosas el tiempo les ha dado la razón. Nuestra república federal, sostenida por la entereza inquebrantable de Juárez y sus reformadores es hoy una caricatura de lo federal. En la pura teoría política para crear una república federal hay estados no uniformes preexistentes que pactan una unión que los retenga unidos manteniendo sus identidades propias, su legislación propia entre otras cosas.

Pero cuando la república supuestamente federal recibe los mandatos inapelables del centro acerca de cómo conducirse en su política estatal interior asistimos a una ficción federal. Estamos inapelablemente uniformes y “armonizados” en educación, en hacienda, en código penal, en código electoral (INE) y en larguísimo e interminable etcétera y dependemos del gobierno nacional para lo más elemental, incluso para la impunidad de los gobernadores. 

Así las cosas lo federal es ficción. Nuestras 32 entidades no son distintas en comportamiento respecto de los cincuenta departamentos que Maximiliano creó para gobernar. Hace 150 años, durante los primeros días de junio de 1864 se concretó el imperio que –aunque no se crea- sigue existiendo. ¿Sigue existiendo? Sí.

Los herederos de Iturbide y Maximiliano se asumen como tales y como sucesores de esos dos desafortunados a quienes se les puede acusar de todo excepto de maquinar deliberadamente el daño de su patria, la patria originaria de Agustín y de Ana y la patria adoptiva de Maximiliano y Carlota. El gobierno imperial de México transmite su ideario y actividades en CasaImperial.org

Por el sitio sabemos que el heredero hoy del trono es “el conde Maximiliano Götzen-Iturbide (apellido oficializado también por decreto del Real Ministerio del Interior húngaro), nacido en Beszterce el 2 de marzo de 1944 y casado en Melbourne en 1990 con Ana María von Franceschi, de nobleza ítalo-magiar, de la que tiene dos hijos, un hijo varón, Fernando Götzen-Iturbide, nacido en 1992 y heredero de la familia imperial mexicana y una hija Emanuela Götzen-Iturbide nacido en 1998”.

Los sucesores de Maximiliano –que no tiene quien le escriba en su sesquicentenario- explican así su sitio en la Internet: 

“Quisiéramos hacer notar que este artículo está dedicado a la tradición de la Monarquía en México y a su historia. No es un foro político y no pretendemos provocar ningún cambio en la forma del Estado Mexicano. Aunque el autor es partidario del regreso de la Monarquía, la forma de gobierno presente y futura de México es enteramente una decisión democrática del pueblo mexicano”.

Pero yo planteo: ¿y si cambiáramos la forma nomás por no dejar?

Twitter @WenceslaoXalapa