lunes, 29 de diciembre de 2014

¿Lápiz o teclado? «Ha habido un malentendido. No se acaba con la escritura a mano en Finlandia» - ABC.es

http://www.abc.es/sociedad/20141203/abci-finlandia-educacion-escritura-mano-201412030753.html

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viernes, 26 de diciembre de 2014

Fundación Telefónica

http://telefonica.com.mx/fundacion/Certificaran-a-maestros-de-educacion-publica-en-el-Sistema-Nacional-de-Competencias

domingo, 7 de diciembre de 2014

Letras de luto: Vicente Leñero

Letras de luto: Vicente Leñero
Wenceslao Vargas Márquez
Murió hace unos días el escritor Vicente Leñero y son  varias las áreas de las letras mexicanas que quedan de luto. Trabajó Leñero el periodismo, la dramaturgia, la novela, la crónica, el guion cinematográfico. ¿Cuál área pierde más con la pérdida de Vicente Leñero? Fue un ingeniero civil dedicado exitosamente a las letras.

Su trabajo periodístico ha sido más conocido que sus novelas. Trabajó en diarios nacionales y fundó el que quizá sea el semanario de información, análisis y crítica política más importante de México. Esto es muy conocido. Es menos conocido su trabajo en el guion cinematográfico o la novela. Así, quiero quedarme con dos de sus principales obras: Asesinato y Los Albañiles. Ambas narran crímenes. Ambas nos dejan en el suspenso con la borrosa solución del misterio.

La obra Asesinato (¿novela?, ¿crónica?, ¿investigación periodística?) narra la muerte de una pareja de personajes de la política y la cultura mexicana en el año de 1978. En ella, durante cierta noche del sexenio de López Portillo (octubre de 1978), fue asesinado Gilberto Flores Muñoz (secretario de Agricultura de Ruiz Cortines y director en ese año de la multimillonaria industria azucarera estatal del país), y su esposa, la escritora Asunción Izquierdo. Días antes un nieto había dicho a amigos cercanos de su propósito de asesinar a sus abuelos. Compró dos machetes y los llevó a la casa de ellos con quienes pasaba la noche pues su papá, alto funcionario del IMSS de Arsenio Farell, se hallaba en Xalapa, Ver., asistiendo a una reunión de médicos.

En la mañana del día 6 amanecieron muertos a machetazos Flores Muñoz e Izquierdo. Uno de los dos machetes comprado por el nieto Gilberto Flores Alavez estaba aún clavado en el cuerpo de la abuela y surgieron testigos fidedignos tanto de las amenazas del nieto como de la compra de las dos armas y de su introducción a la casa durante la noche del día 5. El juicio se llevó a cabo y tuvo una resolución final e inatacable apenas hace 3 años, en febrero de 2011 (así de rápido), aunque Flores Alavez recuperó su libertad física en 1991, siempre apoyado por su padre, el huérfano unigénito Gilberto Flores Izquierdo. Flores Alavez -judicialmente no responsable de los crímenes-, no ha negado en los últimos años la posibilidad de gobernar su natal Nayarit desde el PRI.

Surgen desde luego las analogías entre autores. La más señalada por los críticos es la comparación entre la obra Asesinato de Vicente Leñero y A Sangre Fría del norteamericano Truman Capote. A mi juicio son equivalentes sólo en el sentido de que narran crímenes semejantes. Capote, el asesinato del matrimonio Clutter y sus hijos a manos de dos asaltantes ocasionales en su propia casa. En cambio la obra Asesinato, de Leñero, comprende una compilación y un análisis detallado de la documentación derivada del proceso. Ambas novelas se leen con permanente suspenso.  

La otra obra suya que quiero comentar es Los Albañiles. En ella se narra otro asesinato, el de un vigilante de una obra en construcción. Vicente Leñero narra las motivaciones sicológicas para efectuar el crimen por parte de la larga lista de personajes que crea. Cada uno tiene un motivo para matar a don Jesús. La solución es incierta y es por eso que esta novela cae en lo que los especialistas llaman la noveau roman, superación de las novelas clásicas policiales (la de Agatha Christie o Ellery Queen y sus homólogos). En ellas el lector debe hallar al responsable antes que lo diga el autor; en la renovada novela policial de lo que se trata es de descubrir las motivaciones sicológicas para el crimen y dejar la respuesta final al lector-detective. De este caso es Los Albañiles. La película la actúa genialmente López Tarso en el papel de don Jesús. La recreación cinematográfica del ambiente de la obra en construcción es impresionante (y disculpen el lugar común).

Más que equiparar a Leñero con Capote, prefiero equipararlo con Jorge Ibargüengoitia. Ambos periodistas contemporáneos, ambos con estudios de ingeniería (en Jorge, parciales) ambos escribiendo novelas de crímenes, ambos dramaturgos. De Ibargüengoitia dos son las obras que más rozan las ya citadas aquí de Leñero. Se tratan de Dos Crímenes y Las Muertas. En Las Muertas, Ibargüengoitia recupera una investigación del drama social que significaron las Poquianchis en 1964, hace medio siglo, drama criminal de cuatro hermanas de las que nadie se acordó en este 2014 del cincuentenario. Pues bien: yo encuentro a Las Muertas de Ibargüengoitia a la mitad de dos extremos que son el extremo literario de A Sangre Fría de Capote y el extremo periodístico de Asesinato de Leñero. Leñero fue autor de una veintena de guiones de cine, una decena de novelas, 14 otras de teatro y tres compilaciones de cuentos. De los guiones de Leñero me queda en la memoria (y no por él, disculpen, sino por Patricia Llaca) el de La Habitación Azul.

Con Vicente Leñero se va del mundo de las letras y del periodismo un guardián de la memoria colectiva. Se van con él los memoriosos que hacen falta en estos cinco siglos de desmemoria y crímenes. Lo recordaremos con Memorial de Rosario Castellanos escrito para Tlatelolco pero que parece escrito para Ayotzinapa: “No busques lo que no hay: huellas, cadáveres… No hurgues en los archivos pues nada consta en actas.

Mas he aquí que toco una llaga: es mi memoria... Recuerdo, recordemos”. Es pertinente preguntarle a Castellanos y a Leñero: ¿Hasta cuándo? Es ella quien contesta:

“Hasta que la justicia se siente entre nosotros”.
@WenceslaoXalapa





domingo, 30 de noviembre de 2014

Hoy: el ogro misantrópico



HOY: EL OGRO MISANTRÓPICO
Wenceslao Vargas Márquez
Por fin parece que el presidente y los políticos se preocupan por tener un México en paz. Al parecer, sólo parece (sic).

El mensaje presidencial del jueves 27 de noviembre le ha faltado la autocrítica, un centenar de renuncias y dos centenares de órdenes de aprehensión para que fuese creíble y para que genere la esperanza que debe generar. Un golpe de mano como los que se ha acostumbrado en el inicio de cada sexenio federal. Pero no: siguen al cargo los mismos a quienes se les ha acabado su Camelot dice un columnista nacional: “Dos años le duró al presidente Enrique Peña Nieto su Camelot, el reino fantástico y mítico del Rey Arturo que este jueves en Palacio Nacional (…) mostró que en realidad había una nación rota y corrupta, llena de desigualdades vergonzosas y agravios que no había querido ver”.
Shnagri-la en la película - 1973
¿Podrá el mensaje presidencial y sus consecuencias resolver el grave problema de injusticia de siglos que padece el país? Se ve difícil. Lo veo muy difícil. Pero no es con Camelot sino con Shangri-la con quien debemos comparar. Camelot, la sede del legendario rey Arturo es finalmente (si existieron ambos) un lugar ordinario como residencia. Es la leyenda literal quien los ha hecho míticos. En cambio Shangri-la es el lugar idílico para vivir con habitantes siempre felices. Shangri-la nació a la ficción en 1937 bajo la pluma de James Hilton en una novela. El funcionario Conway pierde rumbo en un avión y termina por llegar al idílico Shangri-la. Allí el segundo en el mando del gobierno se apellida Chang (¡no Chong!). En la película (1973) que he podido ver, Conway logra salir del paraíso pero a pesar de estar a salvo decide regresar al edén que conoció donde todo es comodidad material y espiritual. Se le acabó en dos años el feliz Shangri-la al presidente y al PRI.

Repito la pregunta. ¿Podrá el mensaje presidencial del jueves 27 resolver el grave problema de injusticia de siglos que padece el país? Ceo que no. En México, los poderosos asesinan a los débiles desde la matanza del Templo Mayor de mayo de 1520. Una relación documentada nos la dan Payno y Vicente Riva Palacio en El Libro Rojo (1520-1867) que comienza con el asesinato colectivo en Tenochtitlan y concluye en el Cerro de las Campanas con la sangre de Maximiliano, de Mejía y de Miramón. Si Payno y Riva Palacio creyeron que era el final, se equivocaron. Maximiliano, al morir frente a la metralla republicana, pidió que su sangre fuese la última derramada en el país. Se equivocó también. Después siguió la muerte y la miseria no corregidas por la revolución. Cinco siglos de sangre que incluyen 85 años de PRI no han podido resolver tantos agravios. ¿Entonces? Lo repito: ¿Podrá el mensaje presidencial del jueves 27 resolver el grave problema de injusticia de siglos que padece el país? No se ve por ningún lado que se pueda.

El pesimista es un optimista informado, dijo alguien. José María Morelos, el insurgente más lúcido, prohibió la tortura en los Sentimientos de la Nación de septiembre de 1813 (el sentimiento número 18) pero todos los días que despierta el ciudadano común el dinosaurio y la tortura todavía siguen allí. Dos siglos después debemos concluir que algo anda mal y un discurso presidencial no cambiará esta realidad. Después de la lista de El Libro Rojo siguieron las muerte de un millón de personas en la revolución, siguió Tomóchic en 1891, Madera en 1965, Tlatelolco en 1968, y luego Tlatlaya y luego Cocula y luego Ayotzinapa y en medio de ellos largas notas de desolación y hambre y desesperanza.
OGRO MISANTRÓPICO.
¿Podrá el mensaje presidencial del jueves 27 resolver el grave problema de injusticia y que ya nunca más haya un nuevo Ayotzinapa? No se ve cómo. Si quienes se propusieron ser y se presentaron como la solución (PRD y Morena), resultaron ser los nuevos facedores de entuertos, ¿qué le queda cómo esperanza al ciudadano?

En 1978 presentó Octavio Paz su texto El Ogro Filantrópico en el que enderezó una severa crítica al Estado en general y en particular al mexicano. Dijo: “El Estado del siglo XX se ha revelado como una fuerza más poderosa que la de los antiguos imperios y como un amo más terrible que los viejos tiranos y déspotas. Un amo sin rostro, desalmado y que obra no como un demonio sino como una máquina”. La fina pluma de Paz logró condensar en el título de su ensayo a la antinomia perfecta. Ogro y filantrópico no se llevan pero Paz los unió en esa feliz crítica. Al Estado mexicano debemos quitarle esa paradoja y dejarlo hoy como el Ogro Misantrópico porque ogro y misantropía se concilian.

Una vez más: ¿Podrá el mensaje presidencial del jueves 27 lograr que el estatal Ogro Misantrópico de hoy resuelva el grave problema de injusticia y hambre y que ya nunca más haya un nuevo Ayotzinapa? Respondo que no se ve cómo. Quizá la respuesta se considere errónea por los “idóneos” funcionarios que cobran salarios de pleno latrocinio de 200 mil o 300 mil pesos mensuales y aguinaldos de 600 mil u 800 mil en un pueblo lleno de miseria y hambre. Pregunto de nuevo ¿Podrá El Gigante Egoísta del inglés Wilde convertirse en el cariñoso y bondadoso gigante Gargantúa del francés Rabelais? Al ciudadano de a pie que vivió en los sexenios federales del PAN una cifra imprecisa que ronda los cien mil muertos y desaparecidos, la respuesta le parecerá correcta, pertinente y categórica. ¿Podrá? No.

Teniendo al mando los políticos que tenemos, que han fracasado en todos los frentes, y por su respuesta obvia, acaso lo que a ese ciudadano pueda parecerle impertinente y torpe es que a alguien se le pueda ocurrir –cinco siglos después- que necesitemos plantearnos la pregunta.

@WenceslaoXalapa

 





domingo, 24 de agosto de 2014

Un siglo con Julio: cronopio para armar

Un siglo con Julio: cronopio para armar
Wenceslao Vargas Márquez

Se cumplen cien años de que se encuentra Julio entre nosotros. Seguro que él bromearía que desde 1984 sólo en sus libros. Cortázar nació hace un siglo, en agosto de 1914. La vida política de México transcurría entre los Tratados de Teoloyucan y la Convención de Aguascalientes, período donde los revolucionarios se asesinaban con confianza: solamente entre amigos; habían sacado del escenario al porfirismo. 

En Europa surgía de las trincheras la Primera Guerra Mundial con el balazo que estallaba sobre el emperador Francisco José en Sarajevo. En Bruselas, Bélgica, nacía Julio Cortázar, de raíces argentinas, quien sería uno de los más grandes escritores universales y que, al igual que el argentino Borges, nunca recibiría el premio Nobel.

1914 fue también el del nacimiento de escritores como Octavio Paz y del elegante y cerebral Adolfo Bioy Casares. Bioy y Borges son la inteligencia escrita, García Márquez es un volcán verbal; Pablo Neruda insiste en dos palabras: copas y raíces; Borges insiste en otras dos: laberintos y espejos. Cortázar, en otra tesitura, nos provoca con relatos y novelas que frecuentan otro par de ideas: juegos y rompecabezas. Cortázar es el hacedor de juegos literarios que desafían la imaginación como nos desafía un rompecabezas puesto sobre el mantel de la mesa y que hay que armar leyendo:
Mi ejemplar de Rayuela.
Como es sabido, Rayuela es un enorme rompecabezas que descansa en una novela que se puede leer de dos formas: 1) como Dios manda desde la página uno a la mil quinientos o 2) siguiendo un tablero de dirección que el autor nos brinda para seguir otra trama mediante un equivalente del juego de mesa serpientes y escaleras que exige empezar a leer ¡en el capítulo 73! Mi ejemplar es de Bruguera y tiene 640 páginas. 

Julio Cortázar fue un gran aficionado a los palíndromos, esas frases que se pueden leer de adelante hacia atrás y de atrás hacia adelante como si nada. 

En la primaria nos enseñaban el clásico 'Anita lava la tina'. 

En cierto cuento Cortázar usa como epígrafe un palíndromo  prodigioso 'Adán y raza. Azar y nada'. 

En ese relato un personaje construye el palíndromo 'Atar a la rata', en singular. Luego alguien juega a construir el plural 'Atar a las ratas' que de reversa ya no es un palíndromo pero el juego cortazariano hace que salte de entre las letras un peludo y espantoso animal, 'Satarsa, la rata' que da título al extraordinario cuento 'Satarsa'. 

Por cierto que los palíndromas tienen sus hermanos numéricos en los capicúas; 2002 es capicúa (bit.ly/2MAwd0M).

Mi ejemplar de 62
Los lectores y los especialistas (categorías con frecuencia incompatibles) disputan las posibles clasificaciones de la obra. ¿Cuento, relato, o mejor nos divertimos leyendo sin taxonomías innecesarias? Esta última era la respuesta de Julio. 

En otra novela el desafío aparece desde el título de la novela 62. Novela para armar. ¿Dónde ponemos a La vuelta al día en ochenta mundos? ¿Dónde ponemos Último round? Son catálogos de frases, figuras, fotografías, recortes. Cortázar quiere que el lector ponga a trabajar las pequeñas células grises de las que habla Poirot, el detective de Ágatha Christie.

Mi ejemplar de Último Round

En el cuento La puerta condenada los habitantes de un hotel oyen el llanto de un niño en la habitación donde se hospeda una mujer sola y que batalla con arrullarlo. Una cierta mañana la mujer ya no está -se entiende que se va con el niño. El narrador omnisciente -Cortázar- da ambigua cuenta del hecho, pero nos depara un terror helado con las frases finales cuando Petrone, ya sin la vecina y sin el niño en el hotel, vuelve a escuchar a través de la puerta condenada el llanto infantil interminable. 

Nos dice: "Y cuando mucho más tarde lo oyó (...), por encima del miedo, por encima de la fuga en plena noche, supo que estaba bien y que la mujer no había mentido, no se había mentido al arrullar al niño, al querer que el niño se callara para que ellos pudieran dormirse". 

A mi juicio, La puerta condenada, de Cortázar es superior por su profunda brevedad a Otra vuelta de tuerca, de Henry James. 

En Casa tomada una pareja nota como la casa en que viven es ocupada cuarto a cuarto, espacio a espacio, pasillo a pasillo, por alguien, por algo. El lector debe resolver el enigma, abierto a todas las discusiones posibles.
Mi ejemplar de Historias...
Julio Cortázar no ha regalado textos que nos retan desde el título. Instrucciones para llorar, Instrucciones para matar hormigas en Roma

En el párrafo inicial de Instrucciones para subir escaleras leemos Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular”. Por el centenario que se conmemora este 26 de agosto y por razón de estos títulos, un analista boliviano escribió ‘Instrucciones para recordar a Julio Cortázar’, título que me parece excelente.

Cortázar nos depara en sus libros invenciones como los cronopios, los famas y los esperanzas. Los cronopios son seres verdes y húmedos. Inventa seres e inventa palabras de alguna manera como también la novela La Naranja Mecánica inventa las suyas por su autor Anthony Burgess en el mismo 1962 en que se publicó ‘Rayuela’. Cada quien su enfoque. Cortázar para jugar con el lector y hacerle guiños; Burgess porque violentos adolescentes usan en sus fechorías un vocabulario encubridor que sólo ellos entienden. 

El desafío de hoy es la lectura de Cortázar y no sólo el recorte de frases supuestamente de Cortázar pero de dudosa procedencia. Dice un crítico que debería tomarse a ofensa pretender conocerlo (a él o a cualquier otro autor) con la moda de usar sólo memes y parrafitos de 140 caracteres.

Julio nació hace cien años.  ¿Cómo nos habría saludado? Con una frase propia, impecablemente cortazariana, ininteligible para cualquier ajeno que jamás haya sido aunque sea por breves instantes un verde y húmedo cronopio. Nos habría mirado con fijeza y habría pronunciado sentencioso una frase absolutamente suya: 

-Buenas tardes, fama. Tregua catala espera.

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viernes, 8 de agosto de 2014

Maximiliano de Habsburgo, ¿masón?

MAXIMILIANO Y EL RITO ESCOCÉS
Wenceslao Vargas Márquez

Hace siglo y medio, el 27 de diciembre de 1865, bajo la protección del Imperio de Maximiliano y de la intervención francesa se fundó en México el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Maximiliano declinó dirigirlo o pertenecer a él. Había nacido en Austria en 1832. Fue Emperador de México desde mayo de 1864 a mayo de 1867, tres cortos años. Abordaremos la discusión bibliográfica acerca de si fue o no masón aunque las ausentes evidencias obligan a inclinarse por la negativa, como con Hidalgo y Morelos de los que tampoco hay pruebas de que hayan sido masones.

Iniciemos anotando el único lugar en la bibliografía donde se afirma que Maximiliano fue masón y enseguida anotemos algunas refutaciones: 

Richard E. Chism (en su libro Una contribución a la historia masónica de México) afirma que Manuel Basilio da Cunha Reis, instalador del Supremo Consejo escocés establecido el 27 de diciembre de 1865 afirmaba que Maximiliano era masón del grado 18 y es el único testimonio bibliográfico escrito acerca que he encontrado de un grado masónico para el emperador. La afirmación es interesada porque Cunha Reis quería hacer negocios ferrocarrileros con el emperador, negocios que a la postre haría con Juárez. Es probable que en Da Cunha, citado por Chism, se apoye Jean Pierre Bastian (en Los disidentes, sociedades protestantes y revolución en México, 1872-1911, FCE-El Colegio de México) para mencionar, de pasada, a Maximiliano como ‘miembro de la masonería’, afirmación que es difícil de sostener por lo que veremos.

Veamos ahora las negativas: El primer autor de nuestra lista que niega a Maximiliano como masón es Lorenzo Frau y Abrines quien en el cuarto tomo de su Diccionario Enciclopédico de la Masonería no enlista a Maximiliano de Habsburgo. 

José María Mateos (En Historia de la masonería en México, 1884) simplemente consigna el nacimiento del Rito Escocés y la negativa de Maximiliano a pertenecer a él. Maximiliano declinó pero solicitó que en representación suya los Federico Semeleder, su médico, y Rodolfo Günner, su chambelán, se incorporaran al naciente rito y así fue, se recibieron masones y fueron elevados ‘inmediatamente’ al grado 33.
Mi ejemplar de Mateos

Por separado, con datos investigados por el académico Konrad Ratz (en su libro Querétaro, fin del segundo imperio mexicano, 2005) se concluye también que Maximiliano no era masón. Ratz recupera afirmaciones de un militar apellidado von Gagern que fue contemporáneo de Maximiliano

Un perfil de Gagern lo proporciona el propio Ratz: Prusiano liberal y masón, de origen alemán (1826-1885), mexicano adoptivo, fue profesor en el Colegio Militar de Chapultepec. Dejó familia en México. El pedagogo suizo Enrique C. Rébsamen decidió su viaje a México casi seguramente por el conocimiento que tuvo en Europa de la obra escrita por Gagern. Seguimos la narración de Ratz:

Mi ejemplar de Chism

Martes 28 de mayo (de 1867). Carlos Von Gagern, que ha luchado como coronel en el ejército sitiador del general Escobedo, visita a Maximiliano. Cuenta (Von Gagern) en sus memorias: 

"Traté de darme a conocer como miembro de la fraternidad masónica por medio de las señas usuales. Pero mis señas no fueron correspondidas. Más tardé mezclé en la conversación expresiones masónicas, y le dije, que se olvidara de mi uniforme, viendo en mí solo una persona que no solamente tendría mucho gusto en ayudarle sino que estaba moralmente obligado a hacerlo. Maximiliano me agradeció cordialmente, sin embargo, no mostró con una sola palabra que hubiera comprendido mis insinuaciones masónicas".

Continúa Ratz: “Gagern sabe ahora a ciencia cierta que Maximiliano no es masón. No sabemos si Gagern revela su saber directa o indirectamente al gobierno republicano, siendo poco probable que tal noticia influyera en el resultado del juicio”. 

Ratz se apoya tanto en Gagern como en el biógrafo imperial Conte Corti. Aquí me atrevo a detallar la afirmación de Konrad Ratz de que las Memorias de Gagern no han sido traducidas del alemán original. 

La visita del examinador masónico aparece también (*) en Samuel Basch, Recuerdos de México, Erinnerungen aus Mexico, Geschichte der letzten zehn Monate des Kaisserreichs, que puede hallarse en español en El sitio de Querétaro, colección ‘Sepan Cuantos’ de editorial Porrúa, ejemplar 81, y de esa editorial es mi ejemplar.

(*) Puntualizo aquí que en el original de este texto anoté que eran las Memorias de Gagern las que aparecen en Porrúa cuando son los Recuerdos (Erinnerungen) de Basch. Lo que quise fue puntualizar que en AMBOS libros (de Gagern y Basch) aparece la visita de Gagern a Maximiliano¨de Habsburgo en su prisión de Querétaro. Así lo escribí en mi libro La Masonería en la Presidencia de México, p. 125: "La visita del examinador masónico aparece TAMBIÉN en Basch (Recuerdos de México)". Las Memorias de Gagern efectivamente no están en español, tal como afirma Konrad Ratz acertadamente, o al menos yo no las he hallado). Me disculpo por la errata. Gagern escribió Todte und Lebenden: Erinnerungen, que conserva en el título similitud con Samuel Basch (la palabra alemana Erinnerungen).

(No he sido el único en tropezar con la palabra alemana y la interpretación. En La Palabra del Poder, la vida pública de José María Tornel (1795-1853) una historiadora de la UNAM también tropieza. En vez de Erinnerungen escribe "Grinner Ungen" refiriéndose al mismo libro de Gagern. Tropiezos del oficio ante el idioma extraño).

La errata de la seria y sólida historiadora. (Estamos empatados).  

En alemán y en bellísima (pero enredada) letra gótica tengo un ejemplar de Todte und Lebende fácilmente localizable en la red por quien guste tecleando las palabras apropiadas para hallarlo en formato PDF. No lo he hallado tampoco en inglés. Aquí la portada exornada por un epígrafe misterioso: Meminisse juvat. Significa en latín: Es útil recordar:



Después de los testimonios escritos e históricos de von Gagern (vía Ratz) y de Resseguier (vía Conte Corti), reforcemos la imposibilidad de una Maximiliano masón recordando las palabras de la Asamblea de Notables del 10 de julio de 1863 donde doctrinariamente ese cuerpo colegiado mexicano -que eligió la monarquía y a Maximiliano como emperador- se declara contra las logias, la masonería y la república. Dijo la Asamblea de Notables entonces:

Se hizo más honda la división que antes existía entre los ciudadanos, y se exacerbó más el odio encarnizado de las banderías políticas que empujadas ocultamente por los Estados Unidos(…) se reunieron al fin en logias bajo las denominaciones de escocés y yorkinos, para aumentar los medios de su mutua destrucción con el puñal y con el veneno (...) Vosotros, señores, lo sabéis y lo sentís: en México nunca puede recordarse el tiempo ominoso en que extendieron su dominio las sociedades secretas, (…) A las logias igualmente corresponde la ignominia, que sería inicuo hacer recaer sobre el espíritu nacional, de la ley de expulsión de españoles, bárbara e injusta.”

Ese era el tono antimasónico de la asamblea que llamó a Maximiliano al poder. ¿Los Notables mexicanos habrían aceptado a un emperador masón? La respuesta es no

¿Maximiliano fue Justo Armas?



Entrada muy resumida tomada de mi libro. 

TEXTO COMPLETO EN 
LA MASONERÍA EN LA PRESIDENCIA DE MÉXICO




domingo, 27 de julio de 2014

1944. Ávila Camacho y el atentado

1944. Ávila Camacho y el atentado
Wenceslao Vargas Márquez

En abril de 1944 el presidente Ávila Camacho sufrió un atentado en el Palacio Nacional. En la historia de México se repiten datos donde se supone que desde organizaciones masónicas se planean atentados al poder público. Revisaremos este caso y la filiación masónica del ex presidente:




Manuel Ávila Camacho nació en Puebla en 1897 y murió en 1955. Fue presidente de diciembre de 1940 a noviembre de 1946. ¿Perteneció a la masonería Manuel Ávila Camacho? Reproduzco aquí una parte de lo que publiqué al respecto en mi libro La masonería en la presidencia de México

Frau y Abrines en el “Diccionario Enciclopédico de la Masonería” dice (t. IV, p. 445) que Ávila Camacho fue un masón prominente pero no cita fuentes para sostener su dicho. Alfonso Sierra Partida en mayo de 1980, dentro de una entrevista que le hizo una revista mexicana mensual afirmó que Ávila Camacho fue masón a pesar de ser también devoto católico.


Portada del tomo 2 de mi libro, disponible en Amazon
Luis Zalce y Rodríguez (en “Apuntes para la Historia de la Masonería en México”, t. II, p.299) menciona a un Manuel Ávila entre los ‘masones de mayor relieve por su actuación en época reciente y en la actual’. Dice que esta lista de 14 personajes la hace ‘sin distinción de Ritos’. 

Lo raro del dato es que el presidente Ávila Camacho normalmente es mencionado con sus dos apellidos y en esta página de Zalce sólo refiere el primero omitiéndose el apellido materno Camacho. La duda de que si este ‘Manuel Ávila’ es ‘Manuel Ávila Camacho’ es desechada implícitamente por el Dr. Guillermo de los Reyes (en “Herencias Secretas. Masonería, política y sociedad en México”, BUAP, 2009) al respaldar que Ávila Camacho fue masón citando a Zalce pero sin detallar la cita. Léase:

Los masones le dieron el apoyo a Ávila Camacho más como un gesto de fidelidad a Cárdenas que por la simpatía al candidato. Ávila Camacho no había demostrado un pensamiento y sentimiento anticlerical, que era un gesto que los masones esperaban de un candidato como garantía del respeto a la separación Iglesia-Estado. Con la llegada al gobierno del general Manuel Ávila Camacho (que de acuerdo con Luis Zalce y Rodríguez había sido iniciado en la masonería), y seguido por los masones Miguel Alemán y Adolfo López Mateos hubo acciones positivas a favor de la institución masónica”.


En cuanto al atentado sufrido por el presidente en la mañana del 10 de abril de 1944 en el Palacio Nacional y en el que fueron mencionadas las logias masónicas, tratan el tema Gustavo Hernández y Armando Rojas en el libro Manuel Ávila Camacho, biografía de un revolucionario con historia (Ediciones del gobierno del estado de Puebla, t II, p. 218, México, 1986) y le dedican un apartado dentro del capítulo 8 de su obra. El tema 8.1 se titula justamente El Atentado”. Narran Hernández y Rojas: 

“El doctor Octavio Mondragón, oficial mayor de Asistencia Pública, acompañaba ese día al presidente (…) Aseguró que al entrar en el patio y mientras la guardia tocaba la marcha de honor, se advirtió la presencia (…) de un individuo enfundado en uniforme militar. Al bajar del coche en que llegó el general Ávila Camacho y aproximarse al elevador, la figura de junto al pilar se desprendió en dirección al presidente, y sacando la pistola le disparó directamente al pecho. El doctor Mondragón, señaló que inmediatamente se lanzó contra el agresor, el que le apuntó con la boca de la pistola, cuando el presidente intervino con la rapidez  y con la serenidad que le eran características, salvándole la vida (...) Según algunos testigos, el agresor llegó a las 9:00 horas al Palacio Nacional (…) Cerca de las 9:30 horas entabló conversación con el oficial de guardia de la puerta de honor (…) 

Todavía el primer magistrado vio al teniente De la Lama cuadrarse para saludarlo al estilo militar y al reconocerle contestó el saludo con una sonrisa e inclusive retardó el paso para charlar brevemente con él, cosa que aprovechó el agresor para decirle: ‘Señor Presidente. ¿Cómo está usted?’; contestando el general Ávila Camacho: ‘¿Cómo te va? ¿Qué andas haciendo?’ En esos momentos el teniente De la Lama Rojas sacó rápidamente su pistola reglamentaria calibre 45 y apuntando al presidente hizo un disparo, el proyectil perforó el chaleco y quemó la manga izquierda de la americana que vestía el presidente, quien sin perder la sangre fría se arrojó sobre su agresor, le dio un fuerte golpe en la mano y lo sujetó (...) 

“El presidente siempre conservó la serenidad en ese momento ordenando a sus ayudantes que soltaran al teniente De la Lama, pidiéndole a éste último que lo acompañara al elevador, donde le preguntó: “¿Qué traes tú amigo?”; a lo que el teniente contestó: “En este país no hay libertad ni justicia; no nos dejan a los militares entrar uniformados a las iglesias ni a las logias”. Hasta aquí Hernández y Rojas. 

Leo en otro libro que el diario El Universal del 11 de abril citaba como motivo para el atentado de parte del teniente José Antonio de la Lama Rojas el que no le permitían ir a la iglesia ni a la logia uniformado militarmente. En los documentos públicos el tema de las logias nunca quedó aclarado. 

Dos o tres horas después del atentado, hacia el mediodía del mismo 10 de abril, informes oficiales indicaron que el frustrado homicida de la Lama intentó huir y le dispararon militares del cuartel del 6° Regimiento de Caballería donde estaba en calidad de prisionero. 

¿Qué pasó con el prisionero ahora herido? ¿Murió o no? 

Respuestas en mi libro, disponible en Amazon. 
Twitter @WenceslaoXalapa