viernes, 8 de agosto de 2014

Maximiliano de Habsburgo, ¿masón?

MAXIMILIANO Y EL RITO ESCOCÉS
Wenceslao Vargas Márquez

Hace siglo y medio, el 27 de diciembre de 1865, bajo la protección del Imperio de Maximiliano y de la intervención francesa se fundó en México el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Maximiliano declinó dirigirlo o pertenecer a él. Había nacido en Austria en 1832. Fue Emperador de México desde mayo de 1864 a mayo de 1867, tres cortos años. Abordaremos la discusión bibliográfica acerca de si fue o no masón aunque las ausentes evidencias obligan a inclinarse por la negativa, como con Hidalgo y Morelos de los que tampoco hay pruebas de que hayan sido masones.

Iniciemos anotando el único lugar en la bibliografía donde se afirma que Maximiliano fue masón y enseguida anotemos algunas refutaciones: 

Richard E. Chism (en su libro Una contribución a la historia masónica de México) afirma que Manuel Basilio da Cunha Reis, instalador del Supremo Consejo escocés establecido el 27 de diciembre de 1865 afirmaba que Maximiliano era masón del grado 18 y es el único testimonio bibliográfico escrito acerca que he encontrado de un grado masónico para el emperador. La afirmación es interesada porque Cunha Reis quería hacer negocios ferrocarrileros con el emperador, negocios que a la postre haría con Juárez. Es probable que en Da Cunha, citado por Chism, se apoye Jean Pierre Bastian (en Los disidentes, sociedades protestantes y revolución en México, 1872-1911, FCE-El Colegio de México) para mencionar, de pasada, a Maximiliano como ‘miembro de la masonería’, afirmación que es difícil de sostener por lo que veremos.

Veamos ahora las negativas: El primer autor de nuestra lista que niega a Maximiliano como masón es Lorenzo Frau y Abrines quien en el cuarto tomo de su Diccionario Enciclopédico de la Masonería no enlista a Maximiliano de Habsburgo. 

José María Mateos (En Historia de la masonería en México, 1884) simplemente consigna el nacimiento del Rito Escocés y la negativa de Maximiliano a pertenecer a él. Maximiliano declinó pero solicitó que en representación suya los Federico Semeleder, su médico, y Rodolfo Günner, su chambelán, se incorporaran al naciente rito y así fue, se recibieron masones y fueron elevados ‘inmediatamente’ al grado 33.
Mi ejemplar de Mateos

Por separado, con datos investigados por el académico Konrad Ratz (en su libro Querétaro, fin del segundo imperio mexicano, 2005) se concluye también que Maximiliano no era masón. Ratz recupera afirmaciones de un militar apellidado von Gagern que fue contemporáneo de Maximiliano

Un perfil de Gagern lo proporciona el propio Ratz: Prusiano liberal y masón, de origen alemán (1826-1885), mexicano adoptivo, fue profesor en el Colegio Militar de Chapultepec. Dejó familia en México. El pedagogo suizo Enrique C. Rébsamen decidió su viaje a México casi seguramente por el conocimiento que tuvo en Europa de la obra escrita por Gagern. Seguimos la narración de Ratz:

Mi ejemplar de Chism

Martes 28 de mayo (de 1867). Carlos Von Gagern, que ha luchado como coronel en el ejército sitiador del general Escobedo, visita a Maximiliano. Cuenta (Von Gagern) en sus memorias: 

"Traté de darme a conocer como miembro de la fraternidad masónica por medio de las señas usuales. Pero mis señas no fueron correspondidas. Más tardé mezclé en la conversación expresiones masónicas, y le dije, que se olvidara de mi uniforme, viendo en mí solo una persona que no solamente tendría mucho gusto en ayudarle sino que estaba moralmente obligado a hacerlo. Maximiliano me agradeció cordialmente, sin embargo, no mostró con una sola palabra que hubiera comprendido mis insinuaciones masónicas".

Continúa Ratz: “Gagern sabe ahora a ciencia cierta que Maximiliano no es masón. No sabemos si Gagern revela su saber directa o indirectamente al gobierno republicano, siendo poco probable que tal noticia influyera en el resultado del juicio”. 

Ratz se apoya tanto en Gagern como en el biógrafo imperial Conte Corti. Aquí me atrevo a detallar la afirmación de Konrad Ratz de que las Memorias de Gagern no han sido traducidas del alemán original. 

La visita del examinador masónico aparece también (*) en Samuel Basch, Recuerdos de México, Erinnerungen aus Mexico, Geschichte der letzten zehn Monate des Kaisserreichs, que puede hallarse en español en El sitio de Querétaro, colección ‘Sepan Cuantos’ de editorial Porrúa, ejemplar 81, y de esa editorial es mi ejemplar.

(*) Puntualizo aquí que en el original de este texto anoté que eran las Memorias de Gagern las que aparecen en Porrúa cuando son los Recuerdos (Erinnerungen) de Basch. Lo que quise fue puntualizar que en AMBOS libros (de Gagern y Basch) aparece la visita de Gagern a Maximiliano¨de Habsburgo en su prisión de Querétaro. Así lo escribí en mi libro La Masonería en la Presidencia de México, p. 125: "La visita del examinador masónico aparece TAMBIÉN en Basch (Recuerdos de México)". Las Memorias de Gagern efectivamente no están en español, tal como afirma Konrad Ratz acertadamente, o al menos yo no las he hallado). Me disculpo por la errata. Gagern escribió Todte und Lebenden: Erinnerungen, que conserva en el título similitud con Samuel Basch (la palabra alemana Erinnerungen).

(No he sido el único en tropezar con la palabra alemana y la interpretación. En La Palabra del Poder, la vida pública de José María Tornel (1795-1853) una historiadora de la UNAM también tropieza. En vez de Erinnerungen escribe "Grinner Ungen" refiriéndose al mismo libro de Gagern. Tropiezos del oficio ante el idioma extraño).

La errata de la seria y sólida historiadora. (Estamos empatados).  

En alemán y en bellísima (pero enredada) letra gótica tengo un ejemplar de Todte und Lebende fácilmente localizable en la red por quien guste tecleando las palabras apropiadas para hallarlo en formato PDF. No lo he hallado tampoco en inglés. Aquí la portada exornada por un epígrafe misterioso: Meminisse juvat. Significa en latín: Es útil recordar:



Después de los testimonios escritos e históricos de von Gagern (vía Ratz) y de Resseguier (vía Conte Corti), reforcemos la imposibilidad de una Maximiliano masón recordando las palabras de la Asamblea de Notables del 10 de julio de 1863 donde doctrinariamente ese cuerpo colegiado mexicano -que eligió la monarquía y a Maximiliano como emperador- se declara contra las logias, la masonería y la república. Dijo la Asamblea de Notables entonces:

Se hizo más honda la división que antes existía entre los ciudadanos, y se exacerbó más el odio encarnizado de las banderías políticas que empujadas ocultamente por los Estados Unidos(…) se reunieron al fin en logias bajo las denominaciones de escocés y yorkinos, para aumentar los medios de su mutua destrucción con el puñal y con el veneno (...) Vosotros, señores, lo sabéis y lo sentís: en México nunca puede recordarse el tiempo ominoso en que extendieron su dominio las sociedades secretas, (…) A las logias igualmente corresponde la ignominia, que sería inicuo hacer recaer sobre el espíritu nacional, de la ley de expulsión de españoles, bárbara e injusta.”

Ese era el tono antimasónico de la asamblea que llamó a Maximiliano al poder. ¿Los Notables mexicanos habrían aceptado a un emperador masón? La respuesta es no

¿Maximiliano fue Justo Armas?



Entrada muy resumida tomada de mi libro. 

TEXTO COMPLETO EN 
LA MASONERÍA EN LA PRESIDENCIA DE MÉXICO