50 AÑOS EN LA LUNA
Wenceslao Vargas Márquez
Un hombre -El Hombre- llegó a la luna en julio de 1969. Se cumplen 50 años, pero la historia de esta aventura lunar y humana nació muchos siglos
antes. Mientras el viaje no podía ejecutarse físicamente, quienes deseaban
experimentar esa huracanada emoción tenían que leer a Luciano, a Kepler, a
Godwin, a Bergerac (¡Cyrano!), a Wells:
En
Historia Verdadera, de Luciano de Samosata, en el siglo II EC, los humanos
viajan a la luna en un barco arrebatado hacia lo alto por una tormenta. El
huracán los lleva al satélite. A principios del siglo XIV, Dante Alighieri, en el Paraíso de la Divina Comedia, guiado por Beatriz, es llevado no sólo a la luna sino a todo el sistema solar (el conocido, el tolemaico).
Un viaje más elaborado y ‘científico’ es el
narrado en la obra Somnium de Kepler y fue escrito en 1608. El viaje del
pasajero duraba cuatro horas. Si para Borges, Wells era un Verne científico, considero
que Kepler era un Wells científico. La versión en inglés que conozco parece en
realidad un libro de física.
Otro viaje es el ideado por el inglés Godwin en 1630 donde 25 gansos llevan a un español sevillano a la luna en doce días. Quizá el viaje lunar más cándido es el ideado por Cyrano de Bergerac. Pero revisemos antes quién es Cyrano:
Otro viaje es el ideado por el inglés Godwin en 1630 donde 25 gansos llevan a un español sevillano a la luna en doce días. Quizá el viaje lunar más cándido es el ideado por Cyrano de Bergerac. Pero revisemos antes quién es Cyrano:
Cyrano
fue un personaje histórico francés del siglo XVII que habría pasado (semi)
desapercibido de no ser porque su paisano Rostand lo pasó a la historia en 1897,
al publicar su biografía para el teatro. Del Cyrano de Rostand se derivó el
único Cyrano que la mayoría conocemos: el espadachín narigón que se agarra a
espadazos con quien sea.
En una versión fílmica de Cyrano (1950, con el crédito para Rostand) se discute brevemente
de viajes e inventos lunares: globos llenos de humo, saltamontes gigantes,
lanzamientos de imanes, cuando han transcurrido hora y nueve minutos de la
película actuada por José Ferrer (si no quieren verla completa, ver en la película el momento 1 hora, 9 minutos).
La versión fílmica más reciente (que yo sepa)
es de 1990 con Depardieu. Pues bien, este Cyrano histórico escribió un Viaje a
la luna y sólo recientemente pude hallar un ejemplar en papel.
El tomo es de Espasa-Calpe fechado en Argentina en 1942. La obra original es de
principios del siglo XVII. EL viaje ideado por Cyrano se logra cuando botellas
llenas de rocío se evaporar por la acción del sol y hacen que se eleve el
viajero. Errores de cálculo hacen que el personaje aterrice en Canadá. Luego
con una máquina e imanes que la jalan logra finalmente llegar a la luna donde descubre
a personas que viven allá.
El
viaje clásico es el de otro francés, Julio Verne, usando un cohete lanzado
sorprendentemente desde la Florida con tres pasajeros, igual que en el viaje
real de hace 50 años.
Otro viaje importante es el del inglés H. G. Wells quien se atreve a escribir otro libro de viajes a la luna, menospreciando a Verne bajo el título Los Primeros Hombres en la Luna (1901). Hace que un personaje suyo pregunte, al principio de la novela si el viaje que se emprenderá va a ser ‘cómo en el Viaje a la Luna, de Julio Verne’. La respuesta es burlona porque el personaje de Wells, Cavor, ‘no era lector de fantasías’.
Otro viaje importante es el del inglés H. G. Wells quien se atreve a escribir otro libro de viajes a la luna, menospreciando a Verne bajo el título Los Primeros Hombres en la Luna (1901). Hace que un personaje suyo pregunte, al principio de la novela si el viaje que se emprenderá va a ser ‘cómo en el Viaje a la Luna, de Julio Verne’. La respuesta es burlona porque el personaje de Wells, Cavor, ‘no era lector de fantasías’.
Un tercio de siglo después del viaje de Verne se creó en Inglaterra la sustancia que estaría
destinada a impulsar los vehículos interestelares que viajarían a la luna por
cuenta de Wells: la cavorita. La cavorita
era una sustancia que anula la gravedad terrestre o a cualquier otra gravedad
pues la nulificaba permitiendo a un objeto recubierto con ella desplazarse
verticalmente a distintas velocidades.
Mi ejemplar de Los primeros hombres en la luna, de Wells |
Un
cubano viajó también a la luna de la mano del escritor Raimundo Cabrera y su
obra de teatro bufo Viaje a la luna, de 1885. ¿Y un mexicano? También hubo un
novohispano ¡yucateco! en la literatura lunar: “Syzigias
y quadraturas lunares ajustadas al meridiano de Mérida de Yucatán por un
antíctona o havitador de la Luna, y dirigidas al Bachiller Don Ambrosio de
Echeverría; año del Señor 1775” de fray Antonio de Rivas. El lector interesado en este viaje yucateco
puede leer en bit.ly/30NpWCU. En 1953 Lester del Rey publicó Misión en la luna (bit.ly/30VGjxp)
Un especialista
cuenta 128 obras lunares antes de la de Cabrera y 148 después, unas 300 obras
soñando el sueño hasta que tocaron el satélite las manos de Aldrin, Collins y Armstrong, las manos del aborrecido
imperialismo yanqui y el Apolo XI; un verdadero horror.
Con esto se acaban todos estos encantos literarios porque un hombre (El Hombre) llega finalmente a tocar el satélite. Nadie podía pero Armstrong la tocó –la besó- en julio de 1969, hace 50 años.
¿Tan redonda como un queso, nadie podía darle un beso? Con la ayuda de Julio Cortázar y de su memorable cuento titulado Silvia resolvemos la adivinanza: es la luna. Qué adivinanza tan sonsa.
@WenceslaoXalapa