lunes, 25 de julio de 2011

Miguel Hidalgo, ¿masón?

MIGUEL HIDALGO, ¿MASÓN?
Wenceslao Vargas Márquez

Hay quienes han afirmado que Miguel Hidalgo fue masón pero las pruebas no se han encontrado. Además, cuando la Inquisición lo acusó en 1811 con 53 cargos ninguno fue de ser o haber sido masón (bit.ly/2YAOjpG). Haremos un repaso.

Empecemos por el autor que inició la afirmación de que Hidalgo fue masón pero no presentó pruebas:


Quien inició la afirmación fue Mateos. Para José María Mateos (en su Historia de la masonería en México, 1884) la masonería se introdujo en México en 1806. En ese año se fundó una logia en la calle de Las Ratas No. 4 (hoy Bolívar 73), domicilio particular del regidor Manuel Cuevas Moreno.

Es en esa logia (Mateos no menciona el nombre ni su número en el catálogo) donde Hidalgo y Allende ‘vinieron expresamente a recibirse masones y posaron en la casa número 5, de la misma calle de Las Ratas, en donde vivía un señor llamado Lindo’. Afirmación gratuita, como veremos.

Mi ejemplar de Historia de la Masonería en México,
de José María Mateos.

José María Mateos acepta que “ningún documento Oficial existe que pueda dar idea del origen de esta L.:, su procedencia, ni de su duración; ni tampoco sobre si tenía algún fin político, aunque sí debemos creer, que fue el foco adonde comenzó a organizarse la idea de hacer la independencia de México, supuesto que las personas que la formaban, todas tomaron parte activa en promoverla”.

La nota original, facsimilar, de la obra de José María Mateos. 

Inicialmente, Mateos dice en el título del capítulo I de su libro que la logia era del rito escocés: ‘Establecimiento de la masonería en México, primera logia escocesa en la Calle de las Ratas en la que fueron iniciados el inmortal Cura de Dolores D. Miguel Hidalgo, D. Ignacio Allende y otros varios mexicanos que promovieron la Independencia de México: año de 1806’.
Mi ejemplar electrónico
de Apuntes Sintéticos. 

A continuación (p.12), en contradicción aparente, dice que el Rito Escocés Antiguo y Aceptado se fundó en 1813 y ‘que continúa sus trabajos hasta nuestros días’. ¿Habla Mateos de ritos distintos o de una reedición del mismo rito? No hay y no ha habido explicación.


De este libro de Mateos -y casi textualmente- toma sus datos Manuel Esteban Ramírez para sus Apuntes sintéticos sobre la Masonería en México. 1806-1921, editado por el Rito Nacional Mexicano, para tan sólo añadir que la logia en que supuestamente se inició Hidalgo se llamó Arquitectura Moral a pesar de que Mateos no le pone nombre.

Mi ejemplar de Chism

Para Richard Chism (en su libro Una contribución a la historia masónica de México), la versión de Mateos le parece consistente pero llega más lejos al pretender establecer el rito al que pertenecía la logia: “La historia del origen de esta Logia se perdió hace muchos años en el mar de la revolución. Pueda ser que en alguna parte de Europa o de América su archivo o sus libros existan, y tal vez algún día aparecerán (…) No sabemos, con certeza, cuál Rito se practicaba en esta primera Logia. La tradición popular entre masones declara que esta fue una Logia del Rito de York, lo que es además lo más creíble”.

La opinión de otro especialista (Luis Zalce, en Apuntes para la historia de la Masonería en México) apunta en sentido negativo a que Hidalgo hubiese sido masón: “Es general la idea de que don Miguel Hidalgo y Costilla, primer caudillo de la independencia, fue masón, y no solamente que tal fue, si no que vino a México con el exclusivo fin de ser iniciado en la logia que posiblemente celebraba sus sesiones en la antigua calle de las Ratas. Así lo afirmó el primer historiógrafo de la institución masónica en México, no obstante la falta de documentos “oficiales” que hiciera plena luz sobre el caso y así han seguido diciendo cuantos lo han seguido en sus narraciones, y así también, lo hemos aceptado todos, sin que, al parecer, alguien se hubiera preocupado por aclarar lo que de verdad hubiera en aseveración tan terminante”.
Mis ejemplares de la obra de Luis Zalce.

Añade Zalce unas páginas adelante respecto a si Hidalgo fue masón al consultar con el historiador Rivera:

"La opinión del Padre Agustín Rivera fue negativa, aunque con ciertas reservas propias de un historiógrafo que no quiere comprometer su buen nombre". “Admito —dijo (Rivera)— que pueda ser cierto que a Hidalgo se haya dado el carácter de masón; no admito, en cambio, que esto haya sido en la Ciudad de México, y en tal posición me mantendré mientras quienes lo aseguran no prueben su dicho”. “Conozco a Mateos y conozco su historia que tiene más de alguna inexactitud hasta en citas de sucesos de veras históricos, y no creo la que se refiere al Señor Cura Hidalgo por varias razones. Sea la primera, porque he conocido las denuncias que sobre él y sus dichos y hechos se hicieron y los procesos que contra él se sustanciaron, y ni unos ni otros contienen cargos de masonismo, no obstante que la Inquisición, desde fines del siglo XVIII, había diligenciado muchos procesos por esos cargos; de modo que el asunto ya le era familiar y bien explotado en contra de varios infelices que tuvieron valor para confesar libremente su manera de pensar. La segunda, porque la desconfianza de que el señor Cura era objeto, originaba en torno suyo una vigilancia completa, y no hubiera sido fácil para él recorrer más o menos cien leguas sin ser reconocido por las muchas gentes que bien lo conocían en casi todos los lugares por donde necesariamente tenía que pasar. La tercera, porque él, Hidalgo, no era más afecto a viajar que a atender las muchas obligaciones que sobre él pesaban, unas espirituales inherentes a sus funciones eclesiásticas y otras mundanas como la dirección de su fábrica de loza y los cultivos que él personalmente dirigía y no dejaba nunca. La cuarta, porque cuando se veía obligado a viajar nunca lo hacía más que en un modesto carruaje de su propiedad, aunque fuera a distancias relativamente cortas. La quinta, porque la cultura del Señor Hidalgo era muy superior a las supuestas enseñanzas que hubiera podido recibir de una iniciación masónica, y la sexta y última, porque en el caso de que él hubiera considerado grato y útil recibir a sus años una investidura como la de Mateos le atribuye, pudo haberla recibido por conducto de cierto viajero francés misterioso que algunas veces lo visitaba y posiblemente era su proveedor de libros franceses”.

Termina Zalce el tema anotando: “Aceptamos la respuesta negativa sobre el masonismo de Hidalgo, mientras el hermano que dice poder probarlo guarde sigilosamente el tesoro documental que vendría a dar luz a nuestra mente en tinieblas”.

Mi ejemplar de Historia de la Nación Mexicana,
de Mariano Cuevas

Un autor más que se inclina por la negativa de un Hidalgo masón es el historiador jesuita Mariano Cuevas (en Historia de la Nación Mexicana, 1967, p. 406), estudioso y crítico de la masonería:

“Modernamente se ha inculpado a Hidalgo de haber sido masón. Esto es una mentira de don José María Mateos, que ni siquiera pretende documentarla. En contra de ella tenemos el testimonio indirecto de la pretendida Inquisición de 1810. Porque si, para aniquilar la reputación moral y religiosa de Hidalgo, no vaciló ésta en inculparle toda clase de hablillas y chismes, con más razón hubiérale perseguido y acusádole a voz en cuello de acto tan abominable, y en aquel entonces tan extraordinario, como era el de afiliarse en una logia masónica. Lo mismo ha de decirse de los demás independientes en igual forma calumniados por el citado autor”. “A nuestro México llegaron masones separados y ocultos desde fines del siglo XVIII, todos extranjero, a los que sabemos. Pero forma de logias no tuvieron sino hasta 1817 y aún éstas tuvieron que ser muy reducidas. Es completamente inexacto lo de la logia de la Calle de las Ratas en 1806 y los nombres de los personajes que se trata de vincular con ella están muy mal inventados”. “El cura Hidalgo no se inscribió en esta logia porque no existía, ni tampoco fue masón de ningún grado. Frente a los que tal afirman sin presentar un solo documento, nosotros tenemos tres pruebas: primera, cuando el general D´Alvimar, enviado por Napoleón, entrevistó al cura Hidalgo y le hizo las señas masónicas de secreta inteligencia, el buen cura de Dolores se quedó con la boca abierta y no sabía de que se trataba. El mismo D´Alvimar declaró que Hidalgo no lo había conocido por las tales señas. La segunda prueba es que la Inquisición, entre tantos cargos como hizo a Hidalgo después de proclamada la Independencia, para nada menciona la masonería. Tercera prueba: en las retractaciones que hizo momentos antes de morir el cura Hidalgo, nunca se refirió a la masonería y él bien sabía que tenía que retractarse notoriamente si en efecto fuere masón”.


El falso cuadro de Hidalgo como masón. 




Versión simplificada del análisis del caso Miguel Hidalgo con base en mi libro 
'La masonería en la presidencia de México', 


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